El general Reinhard Gehlen fue, hasta la capitulación de Alemania el 8 de mayo de 1945, el jefe de la Oficina de Inteligencia de Adolf Hitler que operaba contra la URSS. Sus captores norteamericanos lo vistieron con uno de sus uniformes para esquivar a los rusos, quienes lo buscaban por crímenes de guerra. En lo sucesivo, la inteligencia de los Estados Unidos emplearía a Gehlen y su red de espionaje contra de los rusos. La Guerra Fría había comenzado y Gehlen negoció hábilmente con sus anfitriones. Cuando la debacle alemana era evidente, él pensó en el futuro. Llevó todos sus archivos a los Alpes Bávaros y los escondió. Luego quemó su uniforme de la Wehrmacht con el águila y la esvástica bordadas, se puso un uniforme del Ejército de Estados Unidos y se convirtió en el más adelantado de sus soldados en territorio enemigo. Cuando los rusos revisaron sus oficinas en Zossen, lo único que hallaron fueron los muebles de archivos vacíos y mucha basura.
Allen Dulles, oficial de Inteligencia norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial, que más tarde dirigió la CIA, transfirió 200 millones de dólares a través de la Office of Strategic Services (OSS) a la organización de Gehlen. Los fondos los facilitó el creador de la OSS, el multimillonario norteamericano David Rockefeller, cuya compañía petrolera, la Standard Oil, había seguido suministrando combustible a los alemanes aún después de entrar Estados Unidos en guerra contra la Alemania en diciembre de 1941. Después de la guerra, dirigiendo las operaciones desde una fortaleza cerca de Baviera, Reinhard Gehlen reactivó su red de espías dentro de la Unión Soviética.
Allen Dulles estaba convencido, al igual que su hermano John Foster Dulles, el secretario de Estado, que las “naciones cautivas” del bloque soviético se alzarían si contasen con el suficiente apoyo. En esa época Gehlen reagrupó y entrenó una fuerza mercenaria exiliada para actuar en territorio soviético y países del Este, sin involucrar a los servicios secretos norteamericanos. Incluso bajo la dirección de Dulles. En los años cincuenta, uno de los principales centros de adiestramiento del contraespionaje norteamericano se encontraba en la base clandestina de Atsugi, Japón, donde en 1957 un joven llamado Lee Harvey Oswald se entrenaba como piloto del avión espía U2 concebido para misiones ultrasecretas de espionaje sobre territorio soviético. En la carrera en el seno de la Inteligencia Militar de Lee H. Oswald, Atsugi fue sólo un capítulo; también pilotó un U2 en la base de Subic Bay en Filipinas, y por breve tiempo en Ping-Tung, Taiwán. En 1959 fue transferido a la base de Santa Ana, California, para instruirse en radares de vigilancia.
Un encuentro entre el presidente Eisenhower y el primer ministro soviético Kruschev estaba planeado para el mes de mayo de 1960 en una reunión cumbre que debía realizarse en París. Pero un hecho inesperado hizo que la reunión se suspendiera. Un avión norteamericano U2 fue derribado en territorio ruso y su piloto capturado. El piloto F. Powers acusó al también piloto Lee Harvey Oswald de haberlo traicionado. El caso del U2 torpedeó la cumbre de París que fracasó estrepitosamente. En 1964, pocos meses después del asesinato de Kennedy, Nikita Kruschev fue obligado a dimitir, siendo acusado de lo mismo que él acusó a Stalin: culto a la personalidad y errores políticos, sucediéndole al frente del Partido Comunista uno de sus más estrechos colaboradores, Leónidas Bréznev. En 1966, Kruschev fue expulsado del Comité Central del Partido. Murió el 11 de septiembre de 1971 en Moscú. Curiosa fecha. Se cree que pudo morir envenenado. También Lenin sufrió en su momento una misteriosa y repentina apoplejía que le apartó definitivamente del poder.
Su sucesor, Bréznev también abogó por el entendimiento con Estados Unidos y no corrió mejor suerte. Firmó con Jimmy Carter los acuerdos SALT II el 18 de junio de 1979 en Viena, aunque el que había iniciado las negociaciones para ello fue Richard Nixon, antes de que le estallase en la cara el Watergate. El último acto en la carrera política de Bréznev fue la decisión adoptada en diciembre de 1979, de intervenir militarmente en Afganistán a petición del Gobierno del país asiático, atacado por los muyahidínes, extremistas musulmanes radicales. Esta intervención detuvo bruscamente la distensión y llegó incluso a propiciar un embargo económico por parte de Estados Unidos fuertemente implicados en la zona en la que se producía la mayor cantidad de adormidera del mundo (opio), negocio desarrollado por los señores de la guerra (financiados y armados por Estados Unidos) que en aquella zona del país luchaban contra el Gobierno prosoviético de Kabul, capital de Afganistán. En marzo de 1982 Bréznev sufrió una crisis cardíaca y murió en noviembre de aquel mismo año.
Ahora, volvamos atrás en el túnel del tiempo. En 1955, el Gobierno de la entonces Alemania Occidental transforma la organización de Gehlen, que se convierte en la primera fuerza de Inteligencia del país, llamada BND. La BND se convirtió en una extensión de la CIA para sus operaciones globales. En una entrevista con DW-WORLD en junio de 2006, el historiador estadounidense, Timothy Naftali, confirmó a la periodista Jennifer Abramsohn que actualmente en Alemania hay mucha información sobre el papel de los nazis en el Gobierno alemán después de 1945. La Agencia Central de Inteligencia, CIA, desclasificó unas 27.000 páginas de sus archivos secretos sobre operaciones especiales durante la postguerra, época durante la cual Estados Unidos ayudó a ocultar la identidad de muchos ex agentes nazis usándolos como espías contra la Unión Soviética durante la Guerra Fría.
En una conferencia de prensa mantenida en junio de 2006, Naftali señaló que los archivos desclasificados recientemente demuestran que la CIA y el Gobierno de la entonces Alemania Occidental, ocultaron conjuntamente el paradero del criminal de guerra nazi Adolf Eichmann en 1958. Entonces Israel había desistido en su búsqueda por falta de pistas. Los archivos abiertos también demuestran hasta qué punto, tanto la CIA como el Gobierno de Bonn ocultaron parte del diario de Eichmann pues contenía información que salpicaba a Hans Globke, el asesor de Seguridad Nacional del canciller alemán Konrad Adenauer. Globke ayudó a formular las leyes de Núremberg bajo el régimen nazi y con Adenauer ocupó el puesto de enlace entre Alemania, la CIA y la OTAN. ¿Cuáles fueron las grandes sorpresas que salieron a la luz con los documentos secretos de la CIA desclasificados? Según el propio Timothy Naftali:
“En 2004 nos encontramos con información que demostraba que la organización de Gehlen (predecesora de los actuales servicios secretos alemanes), había reclutado algunos nazis con pasado criminal. Fue para mí una sorpresa el comprobar que el Gobierno estadounidense no supervisó a la organización de Gehlen. La información sobre Eichmann me pareció muy interesante pero no fue una gran sorpresa pues sabía que no era una prioridad de Estados Unidos el rastrear a Eichmann”.
Estas dos agencias, la BND alemana y la CIA norteamericana, ya habían trabajado juntas en Irán en 1953 durante la preparación del golpe de Estado que derrocó al primer ministro, doctor Mohammed Mossadegh, después que su Gobierno hubo nacionalizado la industria petrolera. Los alemanes aún conservaban sus contactos en la zona que se remontaban a los años previos a la Primera Guerra Mundial.
Después de la Segunda Guerra Mundial, el proyecto principal fue el de formar un grupo de inmigrantes de Europa del Este, en los Estados Unidos, para utilizarlos después contra los soviéticos. Tanto la Fundación Tolstoi como la Unión de Obispos de la Iglesia Ortodoxa fuera de Rusia fueron financiadas por la CIA. Cuando Lee Harvey Oswald llegó a Dallas procedente de la Unión Soviética en junio de 1962, él y su esposa Marina fueron recibidos calurosamente por decenas de rusos blancos exiliados. Muchos de ellos luego serían identificados como antiguos nazis; otros pertenecían a las industrias del cártel petrolero del Club del Petróleo de Texas y estaban relacionadas con el Departamento de Defensa de Estados Unidos y empresas de armamento como Bell Helycopters, fabricante del famoso helicóptero utilizado en la guerra de Vietnam (1965-1975) que hemos visto en tantas películas. Ésta era una empresa al borde de la quiebra en 1963 y que, gracias a los contratos con el Ejército, firmados ya bajo la presidencia de Lyndon B. Johnson, se reflotó convirtiéndose en una de más rentables. Diez años de guerra supone la fabricación de muchos helicópteros de combate, mucho más vulnerables que los carros blindados.
En aquella época, principios de la década de 1960, la Organización Gehlen formaba parte del Gobierno de Alemania Occidental y Gehlen ya contaba con un agente dentro de los Estados Unidos, Otto Albrecht von Bolschwing, capitán de las SS a las órdenes de Heinrich Himmler y superior de Adolph Eichmann en Europa y Palestina. Von Bolschwing entró en los Estados Unidos en febrero de 1954 y trabajó continuamente para la OSS de Allen Dulles, la primitiva CIA, que fue puesta en marcha por David Rockefeller durante la Segunda Guerra Mundial.
(Continuará...)
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