Creían también los antiguos griegos que en el principio de
todas las cosas la Madre Tierra surgió del Caos y que dio a luz a su hijo Urano mientras dormía. Contemplándola tiernamente desde las montañas, él dejó caer
sobre ella una fértil lluvia que penetró en sus hendiduras secretas, y brotaron
la hierba, las flores y los árboles, así como las bestias salvajes y las aves
para cada planta. Esa misma lluvia hizo fluir los ríos y de este modo se
crearon los lagos y los mares. Sus primeros hijos de aspecto humano fueron los temibles
gigantes de cien manos llamados Briareo, Giges y Coto. Después aparecieron los
tres fieros cíclopes de un solo ojo, constructores de los gigantescos muros de
Micenas y maestros herreros, con cuyos hijos se encontró Ulises, también
llamado Odiseo, en Sicilia. Se llamaban Brontes, Estéropes y Arges, y sus
espíritus han habitado en las profundidades del volcán Etna desde que Apolo los
mató en venganza por la muerte de Asclepios, Esculapio para los romanos.
Asclepios fue el dios de la medicina y la sanación, y era venerado
en Grecia en varios santuarios hasta que su culto fue abolido y prohibido por
el cristianismo. El más importante era el santuario de Epidauro en el
Peloponeso donde se desarrolló una verdadera escuela de medicina. Se dice que
la familia de Hipócrates descendía de este dios benefactor. Sus atributos se
representan con serpientes enrolladas en un bastón, piñas, coronas de laurel,
una cabra o un perro. El más común de estos iconos es el de la serpiente,
animal que, según los antiguos, vivía tanto sobre la tierra como en su interior.
Asclepios tenía el don de la curación y conocía muy bien las hierbas
medicinales. Según anota Bernard Simonay en su novela «El Templo de Horus»,
este dios helénico surge en recuerdo del sabio físico egipcio Imhotep, que vivió
unos 2000 años antes, y que también fue profusamente venerado después de su muerte.
El padre de Asclepios era el poderoso dios solar Apolo y su
madre Arsínoe. Desde que era un niño fue educado por el centauro Quirón, quien
le instruyó en las ciencias médicas y en las artes curativas, especialmente en todo
lo relativo a las plantas medicinales. Se creía que Asclepios alcanzó tal
habilidad que podía devolver la vida a los muertos. Zeus, temeroso de que el Hades
quedase despoblado, lo mató lanzándole uno de sus rayos, y Asclepios fue
llevado a los cielos, convertido en deidad.
Los demás miembros de la familia de Asclepios también ejercían
funciones médicas, así, su esposa, Epíone, calmaba el dolor, su hija Higea era
el símbolo de la prevención, su hija Panacea era el símbolo del tratamiento, su
hijo Telesforo era el símbolo de la convalecencia y sus hijos Macaón y
Podalirio eran dioses protectores de los cirujanos y los médicos.
Los cíclopes nos siguen fascinando |
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