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miércoles, 17 de enero de 2018

La extraña muerte de Slobodan Milosevic

A principios de marzo de 2006, el ex presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, de 64 años, fallecía en extrañas circunstancias en la prisión del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY) que le juzgaba por genocidio y crímenes de guerra en los tres conflictos de los Balcanes en los años noventa y que causaron más de 200.000 muertos: Croacia (1991-1995), Bosnia (1992-1995) y Kosovo (1998-1999). El TPIY de La Haya (Holanda) ordenó una investigación que culminó con una somera autopsia y un examen toxicológico rutinario. En su informe final, el TPIY declinaba cualquier responsabilidad en la misteriosa muerte de Milosevic. El juicio al ex presidente yugoslavo comenzó en febrero de 2002 en La Haya y Milosevic, que se defendió a sí mismo, rechazó la asistencia de abogados al considerar al tribunal ilegal y había pedido reiteradamente ir a Moscú para ser tratado allí de su hipertensión crónica. Esta solicitud le fue denegada. El ministro de Asuntos Exteriores holandés, Ben Bot, aseguró poco después a la agencia de noticias ANP que la muerte de Slobodan Milosevic se debió a causas naturales. Asimismo, el titular francés de AAEE, Philippe Douste-Blazy, abundó desde Salzburgo en la misma tesis reforzando la coartada del TPIY y acusó a Milosevic de ser el principal responsable de las guerras de los Balcanes que desintegraron la antigua Yugoslavia. Sin embargo, la pretensión de Milosevic fue siempre la de mantener la unidad territorial de Yugoslavia y dirigió al país con mano firme desde 1989 hasta el 6 de octubre de 2000, cuando fue derrocado tras el asalto al Parlamento de miles de personas. Un golpe de Estado orquestado por la CIA y muy parecido, por no decir que idéntico, al que apartó a Edward Shevardnadze de la presidencia de la República de Georgia el 23 de noviembre de 2003, después de haberla presidido desde 1995 tras el colapso de la URSS. Shevardnadze, al contrario que el actual Gobierno georgiano pro norteamericano, apostaba por mantener unas buenas relaciones diplomáticas y una estrecha colaboración comercial con Rusia. Curiosamente, la extraña muerte de Milosevic se produjo cinco días después del suicidio en la misma cárcel del TPIY de La Haya de Milán Bábic, ex líder de los paramilitares serbios de Croacia. Bábic cumplía una pena de 13 años por crímenes cometidos contra civiles no serbios en la República Serbia de Krajina situada al este de Croacia. Por otra parte, varios políticos europeos que se han mostrado reacios a ceder amplias parcelas de soberanía nacional a Bruselas han desaparecido de forma violenta: el holandés Pym Fortuyn en 2002, Jörg Haider en Austria en 2008 y Kaczynski, el presidente polaco, en abril de 2010.


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