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miércoles, 10 de mayo de 2017

Mesopotamia: las primeras civilizaciones

Mesopotamia (del griego meso-potamos que significa «entre ríos») es el nombre por el cual se conoce a la zona de Oriente Próximo ubicada entre los ríos Tigris y Éufrates, si bien se extiende a las zonas fértiles contiguas a la franja entre los dos ríos, y que coincide aproximadamente con las áreas no desérticas del actual Irak y la zona limítrofe del noreste de Siria. El término alude principalmente a esta zona en la Edad Antigua que se dividía en Asiria (al norte) y Babilonia (al sur). Babilonia (también conocida como Caldea), a su vez, se dividía en Acadia (parte septentrional) y Sumeria (parte meridional). Sus gobernantes eran llamados patesi. Los nombres de ciudades como Ur o Nippur, de héroes legendarios como Gilgamesh, del Código Hammurabi, de los asombrosos edificios conocidos como Zigurat, provienen de la antigua Mesopotamia, y muchos episodios mencionados en la Biblia, como el del Diluvio o el de la Torre de Babel, ocurrieron allí.

La creciente fértil 

En el interior de Mesopotamia, la agricultura y la ganadería se impusieron entre el 6000 y el 5000 a.C., suponiendo la entrada de lleno en el período Neolítico. Durante esa etapa, las nuevas técnicas de producción que se habían desarrollado en el área neolítica inicial se expandieron por las regiones de desarrollo más tardío, entre ellas la Mesopotamia interior. Este hecho conllevó el desarrollo de las ciudades. Algunas de las primeras fueron Buqras, Umm Dabaghiyah y Yarim y, más tardíamente, Tell es-Sawwan y Choga Mami, que formaron la cultura de Umm Dabaghiyah. Posteriormente ésta fue sustituida por las culturas de Hassuna-Samarra, entre el 5600 y el 5000 a.C., y por la cultura Halaf entre el 5600 y el 4000 a.C. (Halaf tardío). Sobre el año 3000 a.C., apareció la escritura, en aquella época utilizada solo para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Los primeros escritos que se han hallado están grabados sobre arcilla (muy frecuente en aquella zona) con unos dibujos formados por líneas (pictogramas). La civilización urbana siguió avanzando durante el período de El Obed (5000–3700 a.C.) con avances en las técnicas cerámicas y de regadío y la construcción de los primeros templos. Tras El Obed, se sucede el Período de Uruk, durante el cual la civilización urbana se asentó definitivamente con enormes avances técnicos como la rueda y el cálculo sexagesimal, realizado mediante anotaciones en tablillas de barro que evolucionarían hacia las primeras formas de escritura. 

Los sumerios y el período dinástico arcaico 

La sumeria fue la primera civilización mesopotámica. Después del año 3000 a.C. los sumerios crearon en la Baja Mesopotamia un conjunto de ciudades-estado: Uruk, Lagas, Kis, Uma, Ur, Eridu y Ea cuyo medio económico se basaba en el regadío. En ellas había un rey absoluto, que se hacía llamar «vicario» del dios protector de la ciudad. Fueron los primeros en escribir (escritura cuneiforme), también construyeron grandes templos. La difusión de los avances de la cultura de Uruk por el resto de Mesopotamia meridional dio lugar al nacimiento de la cultura sumeria. Estas técnicas permitieron la proliferación de las ciudades por nuevos territorios y regiones. Estas ciudades pronto se caracterizaron por la aparición de murallas, lo que parece indicar que las guerras entre ellas fueron frecuentes. También destaca la expansión de la escritura que saltó desde su papel administrativo y técnico hasta las primeras inscripciones dedicatorias en las estatuas consagradas de los templos. Pese a la existencia de las Listas Reales sumerias la historia de este período es relativamente desconocida, ya que gran parte de los reinados expuestos en ellas tienen fechas imposibles. En realidad, estas listas se confeccionaron a partir del siglo XVII a.C., y su creación se debió probablemente al deseo de los monarcas de remontar su linaje hasta tiempos épicos. Algunos de los reyes quizá son reales pero de muchos otros no hay constancia histórica y otros de los que se conoce su existencia histórica no figuran en ellas. 

Babilonios y asirios 

Con la caída de la hegemonía de Ur no se repitió un período de oscuridad como el que había acontecido con la extinción del imperio acadio. Esta etapa estará marcada por el ascenso progresivo de dinastías amorritas en prácticamente todas las ciudades de la región. Durante los primeros 50 años parece que fue la ciudad de Isín la que trató sin éxito de imponerse en la región. Posteriormente, hacia 1930 a.C., serán los monarcas de Larsa los que se lancen a la conquista de las ciudades vecinas, atacando Elam, las ciudades del Diyala y conquistando Ur, pese a lo cual no consiguió un dominio completo en la región; sin embargo, conservó su hegemonía hasta prácticamente el surgimiento del imperio paleobabilónico de Hammurabi, salvo un período entre 1860 y 1803 a.C. en el que la vecina Uruk consigue desafiar su liderazgo. En Elam la influencia acadia se hizo más fuerte y el reino pasó a inmiscuirse cada vez más en la política mesopotámica. En la Mesopotamia septentrional empezaron a surgir los primeros estados fuertes, posiblemente reformados por el comercio existente entre las áreas meridionales y Anatolia, destacando principalmente el nuevo reino de Asiria, que llegaría hasta el Mediterráneo bajo el reinado de Samsiadad I. 

El imperio paleobabilónico o primer imperio 

El imperio paleobabilónico alcanzó su máxima expansión territorial tras las conquistas de Hammurabi, hacia 1750 a.C. Los nómadas kasitas, tal vez originarios del sureste de Irán, ya se habían establecido en los montes Zagros, en el límite oriental del imperio y no tardarían en avanzar sobre él. En 1792 a.C. Hammurabi llega al trono de la hasta entonces poco importante ciudad de Babilonia, a partir de la cual comenzará una política de expansión; en primer lugar se liberó de la tutela de Ur para, en 1786, enfrentarse al vecino rey de Larsa, Rin-Sin I, arrebatándole Isín y Uruk; con la ayuda de Mari, en 1762 venció a una coalición de ciudades de la ribera del Tigris, para, un año después, conquistar la ciudad de Larsa. Tras esto se autoproclamó rey de Sumeria y Acad, título que había surgido en tiempos de Sargón de Acad, y que se había venido utilizando por los monarcas que conseguían el dominio de toda la región de Mesopotamia. Después de otro enfrentamiento con una nueva coalición de ciudades conquistó Mari, tras lo cual, en 1753, completó su expansión con la anexión de Asiria y Esnunna, al norte de Mesopotamia. Con el paso de los siglos la imagen del monarca se mitificó, no solo debido a sus conquistas, sino también a su actividad constructora y de mantenimiento de los canales de riego, y a la elaboración de códigos de leyes, como el conocido Código de Hammurabi. 

El gran rey Hammurabi murió en 1750 a.C., siendo sucedido por su hijo Samsuiluna, quien tuvo que hacer frente a un ataque de los nómadas kasitas. Esta situación se repetiría en 1708 a.C., durante el reinado de Abi-Eshuh. En efecto, desde la muerte del conquistador, los problemas con los kasitas se habían multiplicado. Esta presión fue constante y en progreso durante el siglo XVII a.C., lo que fue desgastando al imperio. Finalmente fue un ataque del rey hitita Mursili I, lo que le dio el golpe de gracia a Babilonia, tras lo cual la región cayó bajo el poder de los kasitas. 

Los asirios 

Hacia el 1250 a.C. se establecieron en el norte de Babilonia los asirios, quienes tomaron el control de todo el país. Sus ciudades más importantes fueron Assur y Nínive, y entre sus monarcas más ilustres destacaron: Asurnasirpal, Asurbanipal, Salmanasar III, Sargón II y Senaquerib. A finales del siglo VII a.C. babilónicos y medopersas se aliaron y entraron a Asiria desde la meseta de Irán, y finalmente, en el año 612 a.C. tomaron e incendiaron la capital asiria, Nínive. Un siglo antes, en el 722 a.C. (¿?) los asirios habían destruido Samaria y puesto fin al reino de Israel. Este episodio está recogido en la Biblia. 

Los neobabilonios y la invasión medopersa 

Babilonia resurgió con los caldeos, otra tribu semita, cuando fue refundada por su rey Nabopolasar, a fines del siglo VII. Su hijo, Nabucodonosor II el Grande, fue su sucesor y es considerado uno de los reyes babilónicos más importantes, pues sus dominios llegaron desde Mesopotamia hasta Siria y la costa del Mediterráneo. En el 587 a.C. Nabucodonosor tomó y destruyó la ciudad de Jerusalén y su Templo, poniendo fin al reino de Judá. Este episodio también está recogido en la Biblia. En el año 540 a.C., el rey medopersa Ciro el Grande ocupó Babilonia y estableció su poder en toda Mesopotamia. 

Cultura 

Las culturas de la antigua Mesopotamia fueron pioneras en muchas de las ramas del conocimiento; desarrollaron la escritura que se denominó cuneiforme, en principio pictográfica y más adelante la fonética; en el campo del derecho, crearon los primeros códigos de leyes; en arquitectura, desarrollaron importantes avances como la bóveda y la cúpula, crearon un calendario de 12 meses y 360 días e inventaron el sistema de numeración sexagesimal. Sus restos arqueológicos, aunque quizá aún haya muchos por descubrir. Desgraciadamente, las dos guerras que se desarrollaron en territorio iraquí, en los años 1991 y 2003, además de la guerra de guerrillas que mantienen los grupos islamistas, y que aún persiste en 2016, han destruido buena parte del maravilloso legado cultural de la antigua Mesopotamia. Los restos que conservamos, muchos de ellos descubiertos a finales del siglo XIX y principios del XX, muestran una civilización sofisticada que ejerció una decisiva influencia en otras culturas de la época y, por ende, en el posterior desarrollo de la cultura occidental. Una de las principales características de los yacimientos arqueológicos de la zona es que se han encontrado gran abundancia textos escritos sobre tablillas de arcilla cruda en escritura cuneiforme, lo que ha permitido conservar algunas de las primeras páginas de la historia de la Humanidad. 

Ciencias 

El cálculo floreció en Mesopotamia mediante un sistema de numeración decimal y sistema sexagesimal, cuya primera aplicación fue en el comercio. Además de la suma y resta conocían la multiplicación y la división. A partir del II milenio a.C. desarrollaron una matemática que permitía resolver ecuaciones hasta de tercer grado. Conocían asimismo un valor aproximado del número π, de la raíz y la potencia, y eran capaces de calcular volúmenes y superficies de las principales figuras geométricas. La astronomía floreció de igual forma. Los sumerios sabían distinguir entre planetas —objetos móviles— y estrellas. Pero fueron los babilonios quienes más desarrollaron este campo, siendo capaces de prever fenómenos astronómicos con mucha antelación. Este conocimiento de la astronomía les llevó a adoptar un preciso calendario lunar, que incluía un mes suplementario que lo ajustaba al solar. También se han encontrado tratados de medicina y listados sobre geología, en los que se trataba de clasificar los diferentes minerales. 

Literatura 

Antes del desarrollo de la literatura, el lenguaje escrito se usaba para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Con el tiempo, se le empezó a dar otro uso; explicar hechos, citas, leyendas, catástrofes. La literatura sumeria comprende tres grandes temas: mitos, himnos y lamentaciones. Los mitos se componen de breves historias que tratan de perfilar la personalidad de los dioses mesopotámicos: Enlil, principal dios y progenitor de las divinidades menores; Inanna, diosa del amor y de la guerra o Enki, dios del agua dulce frecuentemente enfrentado a Ninhursag, diosa de las montañas. Los himnos son textos de alabanza a los dioses, reyes, ciudades o templos. Las lamentaciones relatan temas catastróficos como la destrucción de ciudades o palacios a causa de la guerra o de desastres naturales, y el abandono de los dioses resultante. Algunas de estas historias es posible que se apoyasen en hechos históricos como guerras, inundaciones o en la actividad constructora de un rey importante magnificados y distorsionados con el paso del tiempo. Una creación propia de la literatura sumeria fue un tipo de poemas dialogados basados en la oposición de conceptos. También los proverbios forman parte importante de los textos sumerios. 

Religión y mitología 

Las religiones mesopotámicas eran politeístas, pues en cada ciudad se adoraba a distintos dioses, aunque había algunos comunes. Entre estos podemos ver a Anu, dios del Cielo y padre de los dioses; Enki, dios de la Sabiduría; Nannar, dios de la Luna; Utu dios del Sol (hacia el 5100 a.C. se llamaba Ninurta); Inanna, deidad femenina equivalente a la Venus romana; Ea, creador de los hombres; Enlil, dios de la Agricultura. En el siglo XVIII a.C., el rey Hammurabi unió el territorio e hizo de Babilonia la capital del reino unificado, imponiendo como dios principal a Marduk. Este dios creador fue el encargado de restablecer el orden celeste, de hacer surgir la tierra del mar y de esculpir el cuerpo del primer hombre antes de repartir los dominios del Universo entre los demás seres vivos. Algo que los caracterizaba era que sus dioses estaban asociados a distintas actividades, es decir, que tenían dioses de la ganadería, escritura, confección, etcétera. Esto hizo que los mesopotámicos, como otros pueblos de la Antigüedad como los egipcios, tuvieran una religión muy compleja y sofisticada. Buena parte de esta rica herencia de mitos mesopotámicos, épicos y religiosos, subyace bajo la apariencia de episodios bíblicos y coránicos atribuidos por judíos, cristianos y musulmanes a su único dios. 

Lenguas 

El desarrollo temprano de la agricultura en la región pudo haber permitido que numerosos grupos humanos, más o menos numerosos, se expandieran haciendo que la diversidad lingüística de la región fuera muy grande. La situación contrasta con la que se presenta cuando grupos humanos agrícolas con una tecnología superior penetran en un territorio menos habitado por poblaciones seminómadas, lo cual da lugar a una diversidad mucho menor, como lo acontecido en Europa con la llegada de los pueblos indoeuropeos. En Mesopotamia se reconocen dos grandes familias lingüísticas: la indoeuropea (cuya presencia se debe a varias oleadas de migrantes o invasores) y la semítica (de la que se testimonian dos ramas). Junto con éstas existe un número importante de lenguas aisladas (sumerio, elamita) o cuasi aisladas (hurrita-uratiano) junto con un número de lenguas mal documentadas cuya filiación no puede precisarse adecuadamente (kasita, hatti, kaska). Muchas de las lenguas aisladas parecen tener rasgos que las acerca tipológicamente a algunas lenguas caucásicas, aunque eso no es prueba de parentesco, ya que dichos rasgos podrían ser muestra de que en el pasado había existido un área lingüística de convergencia. 

Arte mesopotámico 

Gracias a la fertilidad del suelo y a la abundancia de las cosechas, en Mesopotamia se produjo muy pronto la sedentarización de los pueblos nómadas que pasaban por allí convirtiéndose en agricultores y desarrollando una cultura y un arte con una sorprendente variedad de formas y estilos. Con todo, el arte en general mantiene bastante unidad en cuanto a su intencionalidad, que da como resultado un arte un poco rígido, geométrico y cerrado, pues, ante todo, tiene una finalidad práctica y no estética, se desarrolla al servicio de la sociedad. 

Escultura 

Ésta unas veces representa soberanos, otras a dioses, otras a funcionarios, pero siempre personas individualizadas (a veces con su nombre grabado). Busca sustituir a la persona más que representarla. Cabeza y rostro desproporcionados respecto al cuerpo; por este motivo, desarrollaron el llamado realismo conceptual: simplificaban y regularizaban las formas naturales gracias a la ley de la frontalidad (parte derecha e izquierda absolutamente simétricas) y al geometrismo (figura dentro de un esquema geométrico que solía ser el cilindro y el cono). Las representaciones humanas mostraban una total indiferencia por la realidad. Por otra parte, los animales presentaban un mayor realismo. Algunos temas recurrentes de la escultura mesopotámica son toros monumentales, muy estilizados y realistas (genios protectores, monstruosos y fantásticos como todo lo sobrenatural en Mesopotamia). Sus técnicas principales fueron el relieve monumental, la estela, el relieve parietal, el relieve de ladrillos esmaltados y el sello: otras formas de esculpir y desarrollar auténticos cómics o narraciones en ellos. 

Pintura 

Debido a las características del país, existen muy pocas muestras, sin embargo el arte es muy parecido al arte del período magdaleniense de la Prehistoria. La técnica era la misma que en el relieve parietal, sin perspectiva. Al igual que los mosaicos (más perdurables y característicos) tenía un fin más decorativo que las otras facetas del arte. En la pintura y grabados, la jerarquía se mostraba de acuerdo al tamaño de las personas representadas en la obra: los de más alto rango se mostraban más grandes en comparación con el resto. La pintura fue estrictamente decorativa. Se utilizó para embellecer la arquitectura. Carece de perspectiva, y es cromáticamente pobre: solo prevalecen el blanco, el azul y el rojo. Los temas eran escenas de guerra y de sacrificios rituales con mucho realismo. Se representan figuras geométricas, personas, animales, monstruos y otros seres mitológicos. Se emplea en la decoración doméstica. No se representaban las sombras. 

La arquitectura de la antigua Mesopotamia 

Los mesopotámicos tenían una arquitectura muy particular debido a los recursos que tenían disponibles. Hicieron uso de los dos sistemas básicos en la construcción: el abovedado y el adintelado. Construyeron mosaicos pintados en colores vivos, como negros verdes bicolores hechos por ellos mismos que eran muy creativos a manera de murales. No había ventanas y la luz se obtenía del techo. A diferencia de los egipcios, se preocupaban exclusivamente de la vida terrenal y no de la de los muertos, por tanto las edificaciones más representativas eran: el templo y el palacio. El templo era un centro religioso, económico y político. Tenía tierras de cultivo y rebaños, almacenes (donde se guardaban las cosechas) y talleres (donde se hacían utensilios, estatuas de cobre y de cerámica). Los sacerdotes organizaban el comercio y empleaban a campesinos, pastores y artesanos, quienes recibían como pago parcelas de tierra para cultivo de cereales, dátiles o lana. El urbanismo regulado estuvo presente en algunas ciudades, como la Babilonia de Nabucodonosor II, mayoritariamente en damero. En cuanto a las obras de ingeniería, destaca la extensísima y antigua red de canales que unían los ríos Tigris, Éufrates y sus afluentes, propiciando la agricultura y la navegación fluvial. 

Tecnología 

El desarrollo de la tecnología en Mesopotamia estuvo condicionado en muchos aspectos a los avances en el dominio del fuego, conseguidos mediante la mejora de la capacidad térmica de los hornos, con los cuales es posible conseguir yeso (a partir de los 300º C), y cal (a partir de los 800º C). Con estos materiales se podían recubrir recipientes de madera lo que permitía ponerlos al fuego directo, una técnica predecesora de la cerámica a la que se ha llamado «vajilla blanca». Los inicios de esta técnica se han encontrado en Beidha, al sur de Canaán, y datan del IX milenio a.C., a partir de los milenios posteriores se extiende hacia el norte y al resto del Próximo Oriente, cubriéndolo por completo entre 5600 y 3600 a.C. 

Cerámica 

En Mesopotamia la cerámica comienza a desarrollarse durante el Neolítico, por lo que se habla de un Neolítico Precerámico. Tras éste, se da un período en el que la cerámica aparece de forma intermitente en los restos arqueológicos. Esto es debido, más que a una serie de descubrimientos y olvidos, a que la «vajilla blanca» era aún suficiente para la mayor parte de las aplicaciones. Hacia el IV milenio a.C. la cerámica alcanzó un desarrollo pleno, con hornos donde el fuego y la cámara de cocción estaban bien diferenciados. A partir de ahí, y con el dominio de temperaturas aún superiores, surgió una nueva técnica: la vitrificación de la pasta. Hacia el III milenio a.C., durante el período Jemdet-Nasr se consigue fabricar perlas de vidrio y un milenio después ya se domina la técnica del vidriado. Finalmente, durante el II milenio a.C., se logró la fabricación de objetos de vidrio. 

Metalurgia 

Mesopotamia carecía de yacimientos de metales propios, por lo que podía haberse visto en desventaja frente a las vecinas regiones montañosas; pero no fue así, ya que en esas zonas el desarrollo político era muy inferior al mesopotámico, y no se creó ningún estado poderoso a expensas de esta riqueza. A la larga, fueron los habitantes de Mesopotamia los que, mediante el comercio, controlaron este bien. La utilización de pequeños objetos metálicos tallados había sido una constante en la región desde el VI milenio a.C., sin embargo no fue hasta el desarrollo de hornos más potentes cuando se generalizó el uso de estos materiales mediante la aparición de la metalurgia. Este cambio puede situarse a mediados del III milenio a.C.; empieza a encontrarse mayor cantidad de objetos metálicos; por su composición, se aprecia que estos objetos son obtenidos mediante fundición, no por el tallado de metales en estado natural y se empieza a experimentar con aleaciones. Con el desarrollo de las aleaciones de metales se produjo el nacimiento de la metalurgia del bronce, que se diferenció en dos vertientes según los metales con los que se obtenía la aleación; bien fuesen cobre y estaño o cobre y arsénico. El bronce arsenioso se desarrolló en las áreas del Cáucaso, este de Anatolia, sur de Mesopotamia y Levante mediterráneo, trazando un eje norte-sur. El bronce de estaño predomina en Irán, Mesopotamia, en el norte de Siria y en Cilicia, trazando un eje este-oeste. El punto de cruce de estos dos ejes es el sur de Mesopotamia, esto es, la cuna de la civilización sumeria. Esta situación se mantiene durante los milenios IV y III a.C., hasta que en el segundo el bronce arsenioso desaparece. Entre el 1200 y el 1000 a.C. se produce un nuevo avance: el hierro, que hasta entonces había sido escaso hasta el punto de costar igual que el oro, se populariza debido probablemente al descubrimiento de nuevas técnicas, conseguidas en el área del norte de Siria o en la tierra de los hititas. 

Avances tecnológicos 

Algunas de las creaciones que les debemos a las civilizaciones que habitaron Mesopotamia en la remota Antigüedad son las siguientes: la escritura (cuneiforme); la moneda; la rueda; las primeras nociones de astrología y astronomía; el desarrollo del sistema aritmético sexagesimal y el primer códice de leyes, promulgado por el rey Hammurabi. También idearon un complejo sistema postal o de correo. Otros avances fueron la creación de sistemas de irrigación artificial; el arado; el bote y la vela para la navegación; los aperos para los animales de labranza. Asimismo desarrollaron la metalurgia del cobre y el bronce, y nos legaron un calendario de 12 meses y 360 días.



Nobles asirios

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