Nabucodonosor fue el
primogénito y sucesor de Nabopolasar, que liberó a Babilonia de la dominación asiria
y redujo Nínive a ruinas en 612 a.C. Nabucodonosor contrajo matrimonio con la
hija de Ciáxares, por lo que las dinastías de los medos y los babilonios se
unieron en una misma casa real. Por esa misma época, el
faraón Necao II obtuvo una decisiva victoria sobre los asirios en Megiddo. Esto
aseguró a Egipto la posesión de las provincias fenicias del imperio asirio,
incluyendo buena parte de Siria. Las provincias restantes fueron divididas
entre Babilonia y Media.
Nabopolasar estaba decidido a arrebatar a Necao las provincias del oeste de Siria, y a tal fin mandó a su hijo al frente de un poderoso ejército. En la batalla de Karkemish (605 a.C.), el ejército egipcio fue derrotado y toda Siria y Fenicia cayeron bajo el yugo de Babilonia. Nabopolasar murió en 605 a.C. y Nabucodonosor regresó a Babilonia para subir al trono. Después de vencer a cimerios y escitas, todas las expediciones de Nabucodonosor se dirigieron hacia la costa mediterránea, pero antes llevó a cabo varias campañas contra las ciudades de Siria y el reino de Judá.
Durante un intento de invadir Egipto en 601 a.C. el ejército caldeo sufrió varios contratiempos causados por una insurrección en el reino vasallo de Judá. Nabucodonosor terminó con las rebeliones tomando Jerusalén en el 587 a.C. después de un largo asedio, y llevando cautivo al rey Jeconías a Babilonia. Cuando el faraón Apires intentó invadir Siria en el 589 a. C., Judá y otros pequeños reinos de la región se rebelaron contra Babilonia y se pusieron de parte de los egipcios. El segundo asedio de Jerusalén acaecido entre los años 587-586 a.C. culminó con la destrucción del Templo de Jerusalén y la ciudad fue reducida a escombros. Estos hechos históricos se describen en varios libros del Antiguo Testamento. Después de destruir Jerusalén y someter a los judíos, Nabucodonosor inició el asedio de la ciudad de Tiro en el 585 a.C. Un compromiso de vasallaje puso fin a las hostilidades y los babilonios levantaron el sitio.
Nabopolasar estaba decidido a arrebatar a Necao las provincias del oeste de Siria, y a tal fin mandó a su hijo al frente de un poderoso ejército. En la batalla de Karkemish (605 a.C.), el ejército egipcio fue derrotado y toda Siria y Fenicia cayeron bajo el yugo de Babilonia. Nabopolasar murió en 605 a.C. y Nabucodonosor regresó a Babilonia para subir al trono. Después de vencer a cimerios y escitas, todas las expediciones de Nabucodonosor se dirigieron hacia la costa mediterránea, pero antes llevó a cabo varias campañas contra las ciudades de Siria y el reino de Judá.
Durante un intento de invadir Egipto en 601 a.C. el ejército caldeo sufrió varios contratiempos causados por una insurrección en el reino vasallo de Judá. Nabucodonosor terminó con las rebeliones tomando Jerusalén en el 587 a.C. después de un largo asedio, y llevando cautivo al rey Jeconías a Babilonia. Cuando el faraón Apires intentó invadir Siria en el 589 a. C., Judá y otros pequeños reinos de la región se rebelaron contra Babilonia y se pusieron de parte de los egipcios. El segundo asedio de Jerusalén acaecido entre los años 587-586 a.C. culminó con la destrucción del Templo de Jerusalén y la ciudad fue reducida a escombros. Estos hechos históricos se describen en varios libros del Antiguo Testamento. Después de destruir Jerusalén y someter a los judíos, Nabucodonosor inició el asedio de la ciudad de Tiro en el 585 a.C. Un compromiso de vasallaje puso fin a las hostilidades y los babilonios levantaron el sitio.
Pacificada Fenicia y
aniquilada Judá, el faraón pidió la paz y concertó una tregua con el rey de los
caldeos. Nabucodonosor regresó entonces a Babilonia para dedicarse a gobernar
sus estados y embellecer la ciudad, una de las más notables de la Antigüedad.
El monarca ordenó construir canales, acueductos y reservas de agua, y fortificó
considerablemente las murallas elevando su altura y rodeándolas de un profundo
foso navegable.
A juzgar por el gran número
de templos construidos y restaurados, podemos pensar que Nabucodonosor fue un
hombre muy devoto y magnánimo. Tras la toma de Jerusalén a la conclusión del
segundo asedio, los babilonios capturaron al rey y a su familia cuando trataban
huir a través de un pasadizo secreto. Nabucodonosor no perdonó la traición del rey
de Judá y lo cegó con sus propias manos después de obligarle a contemplar cómo
degollaban a sus hijos. Luego permitió Sedecías que acompañase a su familia y al
resto de su pueblo cuando fue deportado a Babilonia.
Según la literatura
bíblica, Nabucodonosor fue humillado por el dios judío mientras presumía de sus
logros en la cima de su gloria y poderío. Al parecer el rey perdió la cordura y
fue confinado por su hijo. Parece ser que posteriormente recobró la razón, pero
ni la enfermedad ni el interregno que debió causar el vacío de poder están
registrados en los anales babilónicos; sin embargo, hay una ausencia de actos
del rey entre los años 582 y 575 a.C. La mayoría de los eruditos modernos creen
que el «Libro de Daniel» fue escrito mucho tiempo después que los hechos descritos
en él, probablemente durante el siglo II a.C., en tiempo de los Macabeos, por
lo que la veracidad de algunos episodios se pone en entredicho, especialmente
que Yahvé tuviese la capacidad de influir en la política babilónica o en la
salud mental del rey Nabucodonosor. De lo contrario, ¿por qué no impidió el
dios de los judíos la destrucción del Templo y la deportación del «pueblo
elegido» por Él?
Los babilonios derrotaron a los judíos y conquistaron Jerusalén |
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