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viernes, 5 de mayo de 2017

Sargón de Acad

El imperio acadio alcanzó su máxima expansión con las conquistas de Sargón y las principales revueltas posteriores. Los 150 años de dominio acadio dejarán un profundo recuerdo en la mentalidad mesopotámica que, en los siglos posteriores, será la cuna de grandes imperios sucesivos, para cuyos monarcas, Sargón y su nieto, Naram-Sim, se convertirán en los modelos arquetípicos de emperador. Sobre el primero se proyectarán las virtudes a seguir, convirtiéndole en mito; sobre el segundo, el antagonista del imperio agotado en sofocar rebeliones. La prosperidad de los sumerios atrajo a diversos pueblos nómadas. Desde la península Arábiga, las tribus semitas (árabes, hebreos y sirios) invadieron constantemente la región mesopotámica a partir del 2500 a.C., hasta que establecieron su dominio definitivo. Hacia 3000 a.C. se extendieron hacia el norte, fundando diferentes grupos como los amorreos, en los que se incluyen fenicios, israelitas y arameos. En Mesopotamia el pueblo semita que adquirió mayor relevancia fueron los acadios.
Hacia el 2350 a.C., Sargón, un usurpador de origen acadio, se hizo con el poder en la ciudad de Kis. Fundó una nueva capital, Agadé, y conquistó el resto de ciudades sumerias, venciendo al rey Lugalzagesi de Uma, hasta entonces dominante. Este fue el primer gran imperio de la Historia y sería continuado por los sucesores de Sargón, que tendrían que enfrentarse a constantes revueltas. Entre ellos destacó el nieto del conquistador, Naram-Sim. Esta etapa marcó el inicio de la decadencia de la cultura e idioma sumerios en favor de los acadios. El imperio se desmoronó hacia el 2220 a.C., debido a las constantes algaradas y a las invasiones de los nómadas gutis y amorreos. Tras su desaparición, la región entera cayó bajo el dominio de esta tribu, que se impuso sobre las ciudades-estado de la región, especialmente en el entorno de la destruida Agadé. Las crónicas sumerias los describen constantemente de forma negativa, como «horda de bárbaros» o «dragones de montaña», pero es posible que la realidad no fuese tan negativa; en algunos centros se produjo un verdadero florecimiento de las artes, como la ciudad de Lagas, por ejemplo, especialmente durante el gobierno del patesi Gudea. Además de la calidad artística, en las obras de Lagas se utilizaron materiales provenientes de regiones lejanas: madera de cedro del Líbano o diorita, oro y cornalina del valle del Indo; lo que parece indicar que el comercio no se debió ver especialmente perjudicado. Las ciudades meridionales, más alejadas del centro de poder guti, compraban su libertad a cambio de importantes tributos; Uruk y Ur prosperaron durante sus IV y II dinastías, respectivamente.
Los ciento cincuenta años de dominio acadio dejaron un profundo recuerdo en la mentalidad mesopotámica que, en los siglos posteriores, sería la cuna de grandes imperios sucesivos cuyos monarcas, Sargón y su nieto, Naram-Sim, se convertirán en los modelos arquetípicos de un emperador o rey de reyes. Sobre el primero se proyectarán las virtudes a seguir, convirtiéndole en mito; sobre el segundo, el arquetipo del monarca agotado en sofocar rebeliones. Sargón de Acadia o Sargón de Acad, también conocido como Sargón el Grande (en acadio Sharrum-kin o «rey legítimo») (hacia 2270–2215 a.C.) fue la primera figura de la historia registrada en crear un imperio: el de los acadios. Su descendencia gobernó Mesopotamia durante el siguiente siglo y medio. Su imperio se extendía desde Elam hasta el mar Mediterráneo incluyendo la región de los ríos Tigris y Éufrates, partes de las modernas Siria, Irán y posiblemente partes de la actual Turquía. Su capital fue Acad (conocida también como Agadé) de la que se desconoce su ubicación exacta.
La leyenda sumeria describe cómo Sargón se convirtió en el copero de Urzabada, el rey de Kis en Sumeria. Sargón tuvo un sueño en el que fue favorecido por la diosa Inanna, la cual ahoga a Urzabada en un río de sangre. Sargón se lo cuenta a Urzabada y éste intenta eliminar a Sargón, pero Inanna le previene. Urzabada envía a Sargón al rey Lugalzagesi de Uma con un mensaje en una tabla de arcilla para que mate a Sargón (la leyenda parece estar perdida en este punto, supuestamente describe cómo Sargón llega a ser rey). En la batalla de Uruk (aprox. 2271 a.C.) venció con cerca de 5 000 hombres a Lugalzagesi, pasando a dominar Mesopotamia. Los sumerios, acostumbrados a la lucha cuerpo a cuerpo (con espadas, lanzas y escudos) no podían hacer frente a los poderosos arcos de los semitas, que además estaban mejor entrenados y tenían mejores carros de combate. Los acadios impusieron una táctica que se estableció en Medio Oriente durante milenios, primero llevando a cabo un feroz ataque con arcos y flechas, para posteriormente, al acercarse, usar lanzas y en combate cuerpo a cuerpo recurrir a las espadas. En caso de derrota podían refugiarse en fortalezas y siempre tenían grupos de exploradores para evitar emboscadas. Los carros de combate se usaban para romper las formaciones enemigas sembrando el caos, y después rodearlas para perseguirlas.
De la Lista de Reyes Sumerios: «…Sargón, cuyo padre era jardinero, el copero de Urzabada, llegó a ser rey de Agadé, que reconstruyó y gobernó durante cincuenta y seis años». Desconcertantemente, Urzabada y Lugalzagesi están registrados como reyes, pero varias generaciones aparte. Sin embargo, se supone que Urzabada tenía que haber vivido en el palacio de Kis mucho después de perder su reino de Sumer. Un texto asirio del siglo VII a.C., que se presenta como la autobiografía de Sargón, afirma que el gran rey era el hijo ilegítimo de una sacerdotisa. En el texto Sargón cuenta su nacimiento, y su primera infancia se describe así: «Mi madre fue una gran sacerdotisa, a mi padre no le conocí. Los hermanos de mi padre amaban las colinas. Mi ciudad es Azupiranu, que está situada a orillas del Éufrates. Mi madre me concibió, en secreto, ella me llevaba. Ella me dejó en una cesta de junco, sellada con betún. Ella me llevó al río que pasó sobre mí. El río me llevaba y me llevó a Aki, el cajón de agua. Aki, el cajón de agua, me tomó como su hijo y se ha criado conmigo. Aki, el cajón de agua, me designó como su jardinero. Aunque yo era un jardinero, Ishtar me concedió su amor, y durante cuatro y [...] años he ejercido la monarquía […]». Sin lugar a dudas, la historia de Sargón recuerda muchísimo a la del bíblico Moisés, pero hay que tener en cuenta que Sargón es un personaje histórico documentado, muy anterior a Moisés, que es un personaje mítico cuya existencia histórica no ha sido jamás constatada. En cualquier caso, Sargón de Acad es el sucesor de Lugalzagesi y el fundador de una nueva dinastía. Pudo reinar en sus últimos años como «Rey de la totalidad» (shar-kishshati), estructurando un imperio universal, basado en un nuevo concepto de sucesión dinástica y de legitimidad divina centrados en una familia real. Sargón promovió una política de entendimiento entre las etnias semita y sumeria, designó el sumerio como lengua oficial junto con el acadio y mantuvo a no pocos jefes sumerios en sus anteriores cargos. La propiedad privada, el comercio y las artes conocieron un gran momento de esplendor durante su reinado. Gracias a diferentes documentos se sabe que su esposa fue Tashlultum, de la que tuvo a sus hijos varones Rimush y Manishtushu, y a su hija Enheduanna, que fue autora de diversos himnos acadios. Sargón murió alrededor de 2215 a.C. Su imperio se rebeló de inmediato al enterarse de la muerte del rey. La mayoría de las revueltas fueron reprimidas por su hijo y sucesor Rimush, que reinó durante los siguientes nueve años y su nieto Naram-Sim restableció el orden y emprendió nuevas campañas en Arabia y Persia.
Según una tablilla conmemorativa fue Utu-hegal, rey de Uruk, quien en torno a 2100 a.C. derrotó y expulsó a los gobernantes gutis de las tierras sumerias. Su éxito no le sería de mucho provecho, ya que poco después fue vencido por Ur-Nammu, el rey de Ur. Ésta pasó a ser la ciudad hegemónica en toda la región durante el período de la III Dinastía de Ur (también se suele denominar a este período como Renacimiento Sumerio). El imperio surgido a raíz de esta hegemonía sería tan extenso o más que el de Sargón, del que tomaría la idea de imperio unificador, influencia que se aprecia incluso en la denominación de los monarcas, que a imitación de los acadios se harán llamar «reyes de Sumeria y Acad». A Ur-Nammu le sucederá su hijo Shulgi, que combatió contra el reino oriental de Elam y las tribus nómadas provenientes de los montes Zagros. A éste le sucedió su hijo Amar-Sin y a éste primero un hermano suyo, Shu-Sin, y después Ibis-Sin. En el reinado de este último los ataques de los amorreos, originarios de Arabia, se volvieron especialmente virulentos y en el 2003 a.C. cayó el último imperio sumerio. En adelante será la cultura acadia la que predomine y posteriormente Babilonia heredará el papel de los grandes imperios sumerios.

Estela de Sargón de Acad en el Louvre

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