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domingo, 19 de noviembre de 2017

El emperador romano Nerva (96-98 d.C.)

El anciano Marco Coceyo Nerva llegó al poder tras la muerte de Domiciano en 96, víctima de una conspiración de la Guardia Pretoriana. Cuando asumió el poder a sus 65 años, Nerva estaba considerado uno de los políticos más experimentados de Roma y había sido testigo de diversas etapas históricas del Imperio, incluyendo la crisis anárquica del Año de los Cuatro Emperadores (68-69 d.C.), por lo que su elección pudo verse motivada por la confianza de sus pares del Senado en que su gobierno, que se preveía corto, sería moderado y restauraría el poder de la Cámara, mermado seriamente durante la administración de Domiciano, quien vio en la secular institución un enemigo más para sus intereses. El longevo emperador comenzó a enmendar los excesos de la gestión anterior, concediendo amnistías a presos políticos y exonerando a senadores, además de devolver propiedades confiscadas a los patricios acusados de sedición. Para ganarse el imprescindible apoyo del pueblo romano, alivió la onerosa carga tributaria de los más desfavorecidos y repartió un subsidio de 75 denarios a cada ciudadano, además del donativo para la Guardia Pretoriana. Cercana su muerte, se originó una crisis de sucesión, especial preocupación de Nerva, puesto que podría desencadenar otra guerra civil. Para conjurar el peligro, el sabio y prudente Nerva designó como sucesor al prestigioso general de origen español, Marco Ulpio Trajano. Una decisión muy acertada considerando su popularidad en el Ejército, que jamás simpatizó con el anciano Nerva. Finalmente, el emperador muere en 98, pero su inteligente decisión de adoptar a Trajano aseguró la continuidad de un gobierno moderado que se prolongaría a lo largo de casi todo el siglo II, época considerada como la Edad de Oro del Imperio Romano.

Legionario romano del siglo II

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