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lunes, 15 de enero de 2018

Sileno, el fiel compañero de borracheras de Baco

Era éste un ser de la mitología grecorromana de aspecto semejante al de un sátiro, pero con orejas, patas y cola de caballo. Sileno, hijo del fauno Pan y de una ninfa, era una criatura oronda con una nariz achatada muy pequeña y ancha. A veces se le representaba con cola y puntiagudas orejas de caballo, montado en un burro o sobre los hombros de un grupo de sátiros que le auxiliaban en una de sus habituales borracheras. Este viejo obeso era el padre adoptivo, preceptor y leal compañero de Dionisos-Baco, el dios del vino y era descrito como el más sabio y borracho de sus seguidores. A pesar de su amor por la bebida, Sileno era una figura sabia que incluso podía predecir el futuro. Había sido tutor y maestro del joven Dionisos. En Frigia quedó separado del resto del séquito del dios del vino. Entonces unos campesinos frigios lo encontraron y lo llevaron ante el rey Midas, que lo acogió calurosamente, le ofreció su hospitalidad y puso a su disposición su bodega. Después regresó con Dionisos que recompensó a Midas de una manera un tanto desafortunada para el propio soberano. Sileno tuvo muchos hijos con diversas ninfas, aunque se trataba de un personaje de avanzada edad. Los silenos se parecían a su padre y tenían el comportamiento cómico y sensual de los sátiros, apareciendo muy a menudo en las sátiras de los escritores griegos.


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