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miércoles, 7 de junio de 2017

Aleister Crowley: el ocultista que inspiró el movimiento hippie

Aleister Crowley fue un célebre ocultista británico de la época victoriana, conocido en los medios esotéricos como Bafomet, el ídolo que adoraban los Templarios. Crowley quedó huérfano muy joven heredando una inmensa fortuna de su padre, Edward Crowley, fallecido en 1886. Fue educado por dos tías solteras que pertenecían a una secta de la iglesia evangélica que se hacía llamar Los Hermanos de Plymouth; puritanos conservadores, especialmente constreñidos en lo tocante a las relaciones sexuales. Crowley estudió en Cambridge, y de su época de estudiante datan sus primeros ensayos, novelas y poemas eróticos. Más tarde ingresó en el Templo Isis-Urania de la Orden Hermética del Amanecer Dorado (Hermetic Order of the Golden Dawn), donde escaló rápidamente los grados iniciáticos inferiores, superando a miembros veteranos como William Butler y McGregor Mathers. Abandonó la Golden Dawn y fundó su propia organización ocultista: la Astrum Argentum, A.A., llegando también a liderar la O.T.O. (Ordo Templi Orientis) en la que rige su máxima: «Haz tu voluntad». También fue miembro honorífico de otras sociedades secretas. 
Más tarde se retiró a Escocia, cerca de la localidad de Foyers, donde compró una casa a orillas del famoso lago Ness, a la que puso por nombre Palacio Boleskine. Crowley llamó Iluminismo Científico al sistema que desarrolló para la A.A., y a fin de divulgar las enseñanzas que él mismo publicó, con la ayuda de varios colaboradores en la serie de revistas El Equinoccio (The Equinox). El lema del Iluminismo Científico es «el método de la Ciencia, el objetivo de la Religión». En este lema, según el propio Aleister Crowley, «está expresado todo» si se interpreta correctamente. Crowley fundó la Abadía de Thelema en la población de Céfalo, en Sicilia. Una casa de campo remodelada y decorada por él mismo con frescos de estilo pompeyano en las paredes. En esta casa permaneció un tiempo junto con varios de sus acólitos, hasta que fueron expulsados de Italia por el gobierno de Mussolini debido, sobre todo, a la muerte de uno de sus discípulos, Raoul Loveday, que se intoxicó al beber agua corrompida, y al revuelo generado por Betty May, la viuda de Loveday que acusó a Crowley de la muerte de su marido.
La contracultura thelémica se anticipó notablemente a lo que más tarde sería el movimiento hippie, similar en su particular concepción de la libertad sexual, la experimentación con drogas, la supuesta meditación trascendental, síntesis de cultos orientales y occidentales, y demás majaderías. No deja de ser curioso, no obstante, que este movimiento contracultural se diese, precisamente, en la beatífica Inglaterra victoriana. Aunque para muchos Crowley no fue más que otro charlatán típico de su época, existen todavía sociedades e individuos que dan por buena su obra y la estudian con auténtico fervor siguiendo sus supuestas enseñanzas. Entre los discípulos más destacados figuran el escritor brasileño Paulo Coelho que en uno de sus relatos de ficción, La quinta montaña, insinuaba que los fenicios habían llegado a las costas de Brasil hacía unos 3000 años. Sin comentarios. Parece ser que los textos de Crowley también inspiraron a los Beatles, y un retrato de Crowley figura en la famosa portada del álbum Sargento Peppers. Las paparruchas de Crowley también inspiraron al asesino en serie Charles Manson, que ordenó varios asesinatos, y, paradojas del destino, a Mark David Chapman, el individuo que asesinó a John Lennon el 8 de diciembre de 1980 frente al célebre edificio Dakota, donde residía el músico en Manhattan, Nueva York. Lennon había sido uno de los abanderados del movimiento contracultural hippie inspirado en Crowley. En ese mismo edificio, por cierto, Roman Polanski había rodado Rosemary's Baby (La semilla del diablo) en 1968. El filme tuvo un gran éxito de crítica y público, y dio el espaldarazo definitivo a Polanski que se coronó como uno de los directores jóvenes más importantes de su generación, pero también inspiró a Charles Manson para ordenar el asesinato de su esposa, la bella actriz Sharon Tate en 1969. Manson era un ferviente lector de las obras de Aleister Crowley.


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