Friedrich
Wilhelm Murnau fue uno de los directores más importantes del cine mudo
expresionista alemán, y alcanzó la fama en 1921 con el estreno de Nosferatu,
protagonizada por Max Schreck. En Alemania dirigió más de una docena de
películas y después trabajó en Hollywood. En 1926, ganó tres Oscar de la
Academia por la cinta Sunrise. Murnau
falleció en 1931 a la edad de 42 años a causa de un accidente de tráfico en
Santa Bárbara, California. Conducía el automóvil un menor amigo suyo de 14
años. Al sepelio acudieron sólo once personas, entre ellas la legendaria actriz de origen sueco, Greta
Garbo.
En
el verano de 2015 la calavera de Murnau fue robada de su ataúd en el panteón familiar
del cementerio Stahndorf de Berlín. Olaf Ihlefeldt, responsable de la necrópolis,
declaró que los ladrones forzaron la cripta con una ganzúa, pero que
no perpetraron actos vandálicos. Según
la leyenda del nosferatu, el no-muerto, cortar de un tajo la cabeza es el
último paso del protocolo para destruir al vampiro. Las
investigaciones desvelaron que la tumba no fue expoliada y que los ladrones sólo
se llevaron el cráneo del director de cine, fallecido 84 años antes. En
la misma cripta familiar, junto al féretro del cineasta, reposaban los restos de
sus hermanos, abiertos también pero intactos, según informaron en su día las autoridades.
El resto del esqueleto de Murnau no fue objeto de profanación alguna, aunque el
hallazgo de residuos de cera sugiere que los hechos entrañaron prácticas de
ocultismo.
La
maldición del Nosferatu cinematográfico había comenzado durante su rodaje. El
inquietante protagonista del filme, Max Schreck, sufrió un ataque al corazón y murió súbitamente con tan sólo 56 años de edad. Una de las leyendas negras que han circulado
desde entonces acerca del intérprete del conde Orlok, es que realmente era un
vampiro y que Murnau le animó a morder en el cuello a la coprotagonista, Greta Schröder, en la escena final. Se decía, además, que Schreck estaba obsesionado con
la bella actriz. Para colmo de desgracias, un operador de cámara, Fritz Arno
Wagner, sufrió un fatal accidente durante la filmación y se rompió el cuello, muriendo
en el acto. Asimismo, el
guionista de la película, que era admirador del célebre ocultista y satanista británico
Aleister Crowley, falleció también poco tiempo después de haber concluido el rodaje
a causa de un cáncer.
Florence
Balcombe, la viuda de Bram Stoker, el autor de la celebérrima novela Drácula en la
que se basaba el personaje del conde Orlok, denunció
a Murnau por plagio. El director perdió el pleito en los tribunales y fue condenado a
destruir todas las copias de Nosferatu, cosa que el genial director de cine no hizo,
afortunadamente. El
Nosferatu de Murnau sigue siendo una película de culto, casi un siglo después de
su accidentado estreno. En 1979 fue versionada por el director Werner Herzog y Klaus Kinski interpretó al mítico vampiro.
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