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domingo, 24 de diciembre de 2017

La tregua de Navidad de 1914

En las Navidades de 1914 Europa ya llevaba inmersa más de medio año en una terrible guerra. En el fragor de aquella hecatombe que no había hecho más que comenzar, hubo un paréntesis capaz de detener por unas pocas horas la barbarie de la guerra y hacer olvidar a los soldados las razones por las que se enfrentaban. La tregua de Navidad, fue un alto el fuego espontáneo en el que las tropas alemanas y británicas se unieron para celebrar la Nochebuena a espaldas de sus oficiales y jefes de Estado Mayor. Todo empezó cuando los alemanes en sus trincheras se prepararon para la Nochebuena colocando árboles de Navidad, mientras los británicos entonaban villancicos. El día de Navidad por la mañana ambos bandos salieron de sus trincheras y acataron de buen grado esta tregua que sirvió para enterrar a los muertos y confraternizar, pues los soldados intercambiaron chocolate, aguardiente, whisky y cigarrillos. También se disputaron partidos de fútbol y se celebraron improvisadas misas en las que participaron soldados de ambos bandos. Sin duda, este hecho se llevó a cabo porque la guerra todavía no se había endurecido y no existía aún un odio visceral entre los adversarios. La tregua duró más en unos frentes de batalla que en otros pero, finalmente, tras intervenir los mandos de uno y otro ejército contendiente, se adoptaron severas medidas para que esto no volviera a ocurrir y los oficiales dieron órdenes de reanudar inmediatamente los bombardeos sobre las posiciones enemigas. La tregua de la Navidad de 1914 fue un acto de paz que en ocasiones es recordado como una suerte de milagro cuando los soldados empezaron a cantar villancicos y abandonaron los fusiles y las bayonetas para salir de las trincheras y abrazarse con los soldados enemigos en medio de la tierra de nadie en aquella lejana Nochebuena. La brutalidad de la Primera Guerra Mundial aún no había alcanzado su punto álgido en lo tocante a la brutalidad del conflicto. A su finalización en noviembre de 1918, más de 10 millones de personas, entre combatientes y civiles, habían perdido la vida en un conflicto europeo que acabó mundializándose, y que tendría su siniestra secuela una generación más tarde involucrando a casi todos los países del mundo. 
Soldados alemanes y británicos se encuentran en la tierra de nadie

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