Después de
participar en muchas incursiones vikingas a lo largo del Sena, que culminaron
con el sitio de París en 886, el caudillo normando Rollón fue finalmente
derrotado por el rey Carlos el Simple. Por el tratado de Saint Clair-sur-Epte
(911), el nuevo duque de Normandía juró fidelidad al Rey de los Francos,
convirtiéndose al cristianismo. Carlos entonces le concedió territorios
alrededor de Ruán, que, junto a los que se anexionaron en la generación
siguiente, pasaron a llamarse Normandía. Rollón y sus inmediatos sucesores
recibieron el trato de jarl, es
decir, «conde» de Normandía. Algunas fuentes medievales se refieren
a ellos con el título de dux —un título
de más prestigio nobiliario dado que los condes sólo eran jefes militares—; sin
embargo, fue Ricardo II el primero que asumió el título de «Duque de los Normandos»,
lo que demuestra el ascenso social y político de los daneses y noruegos que se
establecieron en el norte de Francia. Aunque
algunos títulos nobiliarios se usaban de manera indistinta a lo largo de esta
época, un duque tenía bajo su soberanía a condes y vizcondes —como ocurría en
Normandía o Aquitania—, y el título se reservaría típicamente para el rango
superior de la nobleza feudal que debían homenaje y lealtad al Rey de Franquia Occidental.
El título evolucionó y en el siglo XI, por ejemplo, los condes de Flandes y de
Champaña estaban en pie de igualdad con los duques de Normandía. Del mismo modo
que tras la muerte de Wifredo el Velloso (†897) los condes catalanes pasaron a ser
condes soberanos que sólo prestaban fidelidad al rey de los Francos de forma nominal,
ya que eran de facto independientes.
El ducado
de Normandía abarcaba buena parte de la península del mismo nombre en el norte
de Francia. Este feudo fue creado en el año 911 por el monarca Carlos III el
Simple para Rollón, un príncipe vikingo que se estableció en la región como
aliado del Rey de los Francos. Los
vikingos eran conocidos también como normandos u hombres del Norte, de ahí el título
de Duque de los Normandos o «Dux Normannorum» en latín medieval, como aparece
en las crónicas y documentos del siglo XI, habida cuenta de la inestabilidad de
las fronteras territoriales y de que era preciso reafirmar la soberanía del Rey
de los Francos sobre otros señores normandos que también poseían feudos en
otras regiones de Franquia Occidental. El más
famoso de los duques normandos fue Guillermo el Conquistador que en 1066
invadió y conquistó Inglaterra, donde reinaba una dinastía danesa, también de
origen vikingo. A partir de entonces, los duques de Normandía pasaron a ser,
reyes de Inglaterra hasta que Felipe II Augusto, rey de Francia, arrebató
Normandía a Juan I de Inglaterra en 1204. El hijo de Juan, Enrique III renunció
a la pretensión ducal en el Tratado de París (1259). A partir de
entonces, el Ducado formó parte del dominio real francés. La dinastía Valois de
Francia inició la tradición de conceder el título de Duque de Normandía al
heredero al trono de Francia, hasta que fue sustituido por el título de Delfín
de Francia, que se otorgó hasta la disolución de la monarquía francesa en 1792.
Guerrero franconormando del siglo XI |
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