Según una
tablilla conmemorativa fue Utu-hegal, rey de Uruk, quien en torno a 2100 a.C.
derrotó y expulsó a los gobernantes gutis de las tierras sumerias. Su éxito no
le sería de mucho provecho, ya que poco después fue vencido por Ur-Nammu, el
rey de Ur. Ésta pasó a ser la ciudad hegemónica en toda la región durante el
periodo de la III Dinastía de Ur (también se suele denominar a este periodo
como Renacimiento Sumerio). El imperio surgido a raíz de esta hegemonía sería
tan extenso o más que el de Sargón, del que tomaría la idea de imperio
unificador, influencia que se aprecia incluso en la denominación de los
monarcas, que a imitación de los acadios se harán llamar «reyes de Sumeria y
Acad». A Ur-Nammu le sucederá su hijo Shulgi, que combatió contra el reino
oriental de Elam y las tribus nómadas provenientes de los montes Zagros. A éste
le sucedió su hijo Amar-Sin y a éste primero un hermano suyo, Shu-Sin, y
después Ibis-Sin. En el reinado de este último los ataques de los amorreos,
originarios de Arabia, se volvieron especialmente virulentos y en el 2003 a.C.
cayó el último imperio sumerio. En adelante será la cultura acadia la que
predomine en Masopotamia y posteriormente Babilonia heredará el papel de los
grandes imperios sumerios.
Cultura
Las
culturas de la antigua Mesopotamia fueron pioneras en muchas de las ramas del
conocimiento; desarrollaron la escritura que se denominó cuneiforme, en
principio pictográfica y más adelante la fonética; en el campo del derecho,
crearon los primeros códigos de leyes; en arquitectura, desarrollaron
importantes avances como la bóveda y la cúpula, crearon un calendario de 12
meses y 360 días e inventaron el sistema de numeración sexagesimal. Sus restos
arqueológicos, aunque quizá aún haya muchos por descubrir. Desgraciadamente,
las dos guerras que se desarrollaron en territorio iraquí, en los años 1991 y
2003, además de la guerra de guerrillas que mantienen los grupos islamistas, y
que aún persiste en 2016, han destruido buena parte del maravilloso legado
cultural de la antigua Mesopotamia. Los restos que conservamos, muchos de ellos
descubiertos a finales del siglo XIX y principios del XX, muestran una
civilización sofisticada que ejerció una decisiva influencia en otras culturas
de la época y, por ende, en el posterior desarrollo de la cultura occidental.
Una de las principales características de los yacimientos arqueológicos de la
zona es que se han encontrado gran abundancia textos escritos sobre tablillas
de arcilla cruda en escritura cuneiforme, lo que ha permitido conservar algunas
de las primeras páginas de la historia de la Humanidad.
Ciencias
El
cálculo floreció en Mesopotamia mediante un sistema de numeración decimal y
sistema sexagesimal, cuya primera aplicación fue en el comercio. Además de la
suma y resta conocían la multiplicación y la división. A partir del II milenio
a.C. desarrollaron una matemática que permitía resolver ecuaciones hasta de
tercer grado. Conocían asimismo un valor aproximado del número π, de la raíz y
la potencia, y eran capaces de calcular volúmenes y superficies de las
principales figuras geométricas. La astronomía floreció de igual forma. Los
sumerios sabían distinguir entre planetas —objetos móviles— y estrellas. Pero
fueron los babilonios quienes más desarrollaron este campo, siendo capaces de
prever fenómenos astronómicos con mucha antelación. Este conocimiento de la
astronomía les llevó a adoptar un preciso calendario lunar, que incluía un mes
suplementario que lo ajustaba al solar. También se han encontrado tratados de
medicina y listados sobre geología, en los que se trataba de clasificar los
diferentes minerales.
Literatura
Antes
del desarrollo de la literatura, el lenguaje escrito se usaba para llevar las
cuentas administrativas de la comunidad. Con el tiempo, se le empezó a dar otro
uso; explicar hechos, citas, leyendas, catástrofes. La literatura sumeria
comprende tres grandes temas: mitos, himnos y lamentaciones. Los mitos se
componen de breves historias que tratan de perfilar la personalidad de los
dioses mesopotámicos: Enlil, principal dios y progenitor de las divinidades
menores; Inanna, diosa del amor y de la guerra o Enki, dios del agua dulce
frecuentemente enfrentado a Ninhursag, diosa de las montañas. Los himnos son
textos de alabanza a los dioses, reyes, ciudades o templos. Las lamentaciones
relatan temas catastróficos como la destrucción de ciudades o palacios a causa
de la guerra o de desastres naturales, y el abandono de los dioses resultante.
Algunas de estas historias es posible que se apoyasen en hechos históricos como
guerras, inundaciones o en la actividad constructora de un rey importante
magnificados y distorsionados con el paso del tiempo. Una creación propia de la
literatura sumeria fue un tipo de poemas dialogados basados en la oposición de
conceptos. También los proverbios forman parte importante de los textos
sumerios.
Religión
y mitología
Las
religiones mesopotámicas eran politeístas, pues en cada ciudad se adoraba a
distintos dioses, aunque había algunos comunes. Entre estos podemos ver a Anu,
dios del Cielo y padre de los dioses; Enki, dios de la Sabiduría; Nannar, dios
de la Luna; Utu dios del Sol (hacia el 5100 a.C. se llamaba Ninurta); Inanna,
deidad femenina equivalente a la Venus romana; Ea, creador de los hombres;
Enlil, dios de la Agricultura.
En
el siglo XVIII a.C., el rey Hammurabi unió el territorio e hizo de Babilonia la
capital del reino unificado, imponiendo como dios principal a Marduk. Este dios
creador fue el encargado de restablecer el orden celeste, de hacer surgir la
tierra del mar y de esculpir el cuerpo del primer hombre antes de repartir los
dominios del Universo entre los demás seres vivos. Algo que los caracterizaba
era que sus dioses estaban asociados a distintas actividades, es decir, que
tenían dioses de la ganadería, escritura, confección, etcétera. Esto hizo que
los mesopotámicos, como otros pueblos de la Antigüedad como los egipcios,
tuvieran una religión muy compleja y sofisticada. Buena parte de esta rica
herencia de mitos mesopotámicos, épicos y religiosos, subyace bajo la
apariencia de episodios bíblicos y coránicos atribuidos por judíos, cristianos
y musulmanes a su único dios.
Lenguas
El
desarrollo temprano de la agricultura en la región pudo haber permitido que
numerosos grupos humanos, más o menos numerosos, se expandieran haciendo que la
diversidad lingüística de la región fuera muy grande. La situación contrasta
con la que se presenta cuando grupos humanos agrícolas con una tecnología
superior penetran en un territorio menos habitado por poblaciones seminómadas,
lo cual da lugar a una diversidad mucho menor, como lo acontecido en Europa con
la llegada de los pueblos indoeuropeos. En Mesopotamia se reconocen dos grandes
familias lingüísticas: la indoeuropea (cuya presencia se debe a varias oleadas
de migrantes o invasores) y la semítica (de la que se testimonian dos ramas).
Junto con éstas existe un número importante de lenguas aisladas (sumerio,
elamita) o cuasi aisladas (hurrita-uratiano) junto con un número de lenguas mal
documentadas cuya filiación no puede precisarse adecuadamente (kasita, hatti,
kaska). Muchas de las lenguas aisladas parecen tener rasgos que las acerca
tipológicamente a algunas lenguas caucásicas, aunque eso no es prueba de
parentesco, ya que dichos rasgos podrían ser muestra de que en el pasado había
existido un área lingüística de convergencia.
Arte
mesopotámico
Gracias
a la fertilidad del suelo y a la abundancia de las cosechas, en Mesopotamia se
produjo muy pronto la sedentarización de los pueblos nómadas que pasaban por
allí convirtiéndose en agricultores y desarrollando una cultura y un arte con
una sorprendente variedad de formas y estilos. Con todo, el arte en general
mantiene bastante unidad en cuanto a su intencionalidad, que da como resultado
un arte un poco rígido, geométrico y cerrado, pues, ante todo, tiene una
finalidad práctica y no estética, se desarrolla al servicio de la sociedad.
Escultura
Ésta
unas veces representa soberanos, otras a dioses, otras a funcionarios, pero
siempre personas individualizadas (a veces con su nombre grabado). Busca sustituir
a la persona más que representarla. Cabeza y rostro desproporcionados respecto
al cuerpo; por este motivo, desarrollaron el llamado realismo conceptual:
simplificaban y regularizaban las formas naturales gracias a la ley de la
frontalidad (parte derecha e izquierda absolutamente simétricas) y al
geometrismo (figura dentro de un esquema geométrico que solía ser el cilindro y
el cono). Las representaciones humanas mostraban una total indiferencia por la
realidad. Por otra parte, los animales presentaban un mayor realismo. Algunos
temas recurrentes de la escultura mesopotámica son toros monumentales, muy
estilizados y realistas (genios protectores, monstruosos y fantásticos como
todo lo sobrenatural en Mesopotamia). Sus técnicas principales fueron el relieve
monumental, la estela, el relieve parietal, el relieve de ladrillos esmaltados
y el sello: otras formas de esculpir y desarrollar auténticos cómics o
narraciones en ellos.
Pintura
Debido
a las características del país, existen muy pocas muestras, sin embargo el arte
es muy parecido al arte del periodo magdaleniense de la Prehistoria. La técnica
era la misma que en el relieve parietal, sin perspectiva. Al igual que los
mosaicos (más perdurables y característicos) tenía un fin más decorativo que
las otras facetas del arte. En la pintura y grabados, la jerarquía se mostraba
de acuerdo al tamaño de las personas representadas en la obra: los de más alto
rango se mostraban más grandes en comparación con el resto. La pintura fue
estrictamente decorativa. Se utilizó para embellecer la arquitectura. Carece de
perspectiva, y es cromáticamente pobre: solo prevalecen el blanco, el azul y el
rojo. Los temas eran escenas de guerra y de sacrificios rituales con mucho
realismo. Se representan figuras geométricas, personas, animales, monstruos y
otros seres mitológicos. Se emplea en la decoración doméstica. No se
representaban las sombras.
La
arquitectura de la antigua Mesopotamia
Los
mesopotámicos tenían una arquitectura muy particular debido a los recursos que
tenían disponibles. Hicieron uso de los dos sistemas básicos en la
construcción: el abovedado y el adintelado. Construyeron mosaicos pintados en
colores vivos, como negros verdes bicolores hechos por ellos mismos que eran
muy creativos a manera de murales. No había ventanas y la luz se obtenía del
techo. A diferencia de los egipcios, se preocupaban exclusivamente de la vida
terrenal y no de la de los muertos, por tanto las edificaciones más
representativas eran: el templo y el palacio. El templo era un centro religioso,
económico y político. Tenía tierras de cultivo y rebaños, almacenes (donde se
guardaban las cosechas) y talleres (donde se hacían utensilios, estatuas de
cobre y de cerámica). Los sacerdotes organizaban el comercio y empleaban a
campesinos, pastores y artesanos, quienes recibían como pago parcelas de tierra
para cultivo de cereales, dátiles o lana. El urbanismo regulado estuvo presente
en algunas ciudades, como la Babilonia de Nabucodonosor II, mayoritariamente en
damero. En cuanto a las obras de ingeniería, destaca la extensísima y antigua
red de canales que unían los ríos Tigris, Éufrates y sus afluentes, propiciando
la agricultura y la navegación fluvial.
Tecnología
El
desarrollo de la tecnología en Mesopotamia estuvo condicionado en muchos
aspectos a los avances en el dominio del fuego, conseguidos mediante la mejora
de la capacidad térmica de los hornos, con los cuales es posible conseguir yeso
(a partir de los 300º C), y cal (a partir de los 800º C). Con estos materiales
se podían recubrir recipientes de madera lo que permitía ponerlos al fuego
directo, una técnica predecesora de la cerámica a la que se ha llamado «vajilla
blanca». Los inicios de esta técnica se han encontrado en Beidha, al sur de
Canaán, y datan del IX milenio a.C., a partir de los milenios posteriores se
extiende hacia el norte y al resto del Próximo Oriente, cubriéndolo por
completo entre 5600 y 3600 a.C.
Cerámica
En
Mesopotamia la cerámica comienza a desarrollarse durante el Neolítico, por lo
que se habla de un Neolítico Precerámico. Tras éste, se da un periodo en el que
la cerámica aparece de forma intermitente en los restos arqueológicos. Esto es
debido, más que a una serie de descubrimientos y olvidos, a que la «vajilla
blanca» era aún suficiente para la mayor parte de las aplicaciones. Hacia el IV
milenio a.C. la cerámica alcanzó un desarrollo pleno, con hornos donde el fuego
y la cámara de cocción estaban bien diferenciados. A partir de ahí, y con el
dominio de temperaturas aún superiores, surgió una nueva técnica: la
vitrificación de la pasta. Hacia el III milenio a.C., durante el periodo
Jemdet-Nasr se consigue fabricar perlas de vidrio y un milenio después ya se
domina la técnica del vidriado. Finalmente, durante el II milenio a.C., se
logró la fabricación de objetos de vidrio.
Metalurgia
Mesopotamia
carecía de yacimientos de metales propios, por lo que podía haberse visto en
desventaja frente a las vecinas regiones montañosas; pero no fue así, ya que en
esas zonas el desarrollo político era muy inferior al mesopotámico, y no se
creó ningún estado poderoso a expensas de esta riqueza. A la larga, fueron los
habitantes de Mesopotamia los que, mediante el comercio, controlaron este bien.
La utilización de pequeños objetos metálicos tallados había sido una constante
en la región desde el VI milenio a.C., sin embargo no fue hasta el desarrollo
de hornos más potentes cuando se generalizó el uso de estos materiales mediante
la aparición de la metalurgia. Este cambio puede situarse a mediados del III
milenio a.C.; empieza a encontrarse mayor cantidad de objetos metálicos; por su
composición, se aprecia que estos objetos son obtenidos mediante fundición, no
por el tallado de metales en estado natural y se empieza a experimentar con
aleaciones.
Con
el desarrollo de las aleaciones de metales se produjo el nacimiento de la
metalurgia del bronce, que se diferenció en dos vertientes según los metales
con los que se obtenía la aleación; bien fuesen cobre y estaño o cobre y
arsénico. El bronce arsenioso se desarrolló en las áreas del Cáucaso, este de
Anatolia, sur de Mesopotamia y Levante mediterráneo, trazando un eje norte-sur.
El bronce de estaño predomina en Irán, Mesopotamia, en el norte de Siria y en
Cilicia, trazando un eje este-oeste. El punto de cruce de estos dos ejes es el
sur de Mesopotamia, esto es, la cuna de la civilización sumeria. Esta situación
se mantiene durante los milenios IV y III a.C., hasta que en el segundo el
bronce arsenioso desaparece. Entre el 1200 y el 1000 a.C. se produce un nuevo
avance: el hierro, que hasta entonces había sido escaso hasta el punto de
costar igual que el oro, se populariza debido probablemente al descubrimiento
de nuevas técnicas, conseguidas en el área del norte de Siria o en la tierra de
los hititas.
Avances
tecnológicos
Algunas
de las creaciones que les debemos a las civilizaciones que habitaron
Mesopotamia en la remota Antigüedad son las siguientes: la escritura
(cuneiforme); la moneda; la rueda; las primeras nociones de astrología y
astronomía; el desarrollo del sistema aritmético sexagesimal y el primer códice
de leyes, promulgado por el rey Hammurabi. También idearon un complejo sistema
postal o de correo. Otros avances fueron la creación de sistemas de irrigación
artificial; el arado; el bote y la vela para la navegación; los aperos para los
animales de labranza. Asimismo desarrollaron la metalurgia del cobre y el
bronce, y nos legaron un calendario de 12 meses y 360 días.
Yelmo sumerio |
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