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viernes, 13 de abril de 2018

La hegemonía sumeria en la antigua Mesopotamia


Según una tablilla conmemorativa fue Utu-hegal, rey de Uruk, quien en torno a 2100 a.C. derrotó y expulsó a los gobernantes gutis de las tierras sumerias. Su éxito no le sería de mucho provecho, ya que poco después fue vencido por Ur-Nammu, el rey de Ur. Ésta pasó a ser la ciudad hegemónica en toda la región durante el periodo de la III Dinastía de Ur (también se suele denominar a este periodo como Renacimiento Sumerio). El imperio surgido a raíz de esta hegemonía sería tan extenso o más que el de Sargón, del que tomaría la idea de imperio unificador, influencia que se aprecia incluso en la denominación de los monarcas, que a imitación de los acadios se harán llamar «reyes de Sumeria y Acad». A Ur-Nammu le sucederá su hijo Shulgi, que combatió contra el reino oriental de Elam y las tribus nómadas provenientes de los montes Zagros. A éste le sucedió su hijo Amar-Sin y a éste primero un hermano suyo, Shu-Sin, y después Ibis-Sin. En el reinado de este último los ataques de los amorreos, originarios de Arabia, se volvieron especialmente virulentos y en el 2003 a.C. cayó el último imperio sumerio. En adelante será la cultura acadia la que predomine en Masopotamia y posteriormente Babilonia heredará el papel de los grandes imperios sumerios.
Cultura
Las culturas de la antigua Mesopotamia fueron pioneras en muchas de las ramas del conocimiento; desarrollaron la escritura que se denominó cuneiforme, en principio pictográfica y más adelante la fonética; en el campo del derecho, crearon los primeros códigos de leyes; en arquitectura, desarrollaron importantes avances como la bóveda y la cúpula, crearon un calendario de 12 meses y 360 días e inventaron el sistema de numeración sexagesimal. Sus restos arqueológicos, aunque quizá aún haya muchos por descubrir. Desgraciadamente, las dos guerras que se desarrollaron en territorio iraquí, en los años 1991 y 2003, además de la guerra de guerrillas que mantienen los grupos islamistas, y que aún persiste en 2016, han destruido buena parte del maravilloso legado cultural de la antigua Mesopotamia. Los restos que conservamos, muchos de ellos descubiertos a finales del siglo XIX y principios del XX, muestran una civilización sofisticada que ejerció una decisiva influencia en otras culturas de la época y, por ende, en el posterior desarrollo de la cultura occidental. Una de las principales características de los yacimientos arqueológicos de la zona es que se han encontrado gran abundancia textos escritos sobre tablillas de arcilla cruda en escritura cuneiforme, lo que ha permitido conservar algunas de las primeras páginas de la historia de la Humanidad.
Ciencias
El cálculo floreció en Mesopotamia mediante un sistema de numeración decimal y sistema sexagesimal, cuya primera aplicación fue en el comercio. Además de la suma y resta conocían la multiplicación y la división. A partir del II milenio a.C. desarrollaron una matemática que permitía resolver ecuaciones hasta de tercer grado. Conocían asimismo un valor aproximado del número π, de la raíz y la potencia, y eran capaces de calcular volúmenes y superficies de las principales figuras geométricas. La astronomía floreció de igual forma. Los sumerios sabían distinguir entre planetas —objetos móviles— y estrellas. Pero fueron los babilonios quienes más desarrollaron este campo, siendo capaces de prever fenómenos astronómicos con mucha antelación. Este conocimiento de la astronomía les llevó a adoptar un preciso calendario lunar, que incluía un mes suplementario que lo ajustaba al solar. También se han encontrado tratados de medicina y listados sobre geología, en los que se trataba de clasificar los diferentes minerales.
Literatura
Antes del desarrollo de la literatura, el lenguaje escrito se usaba para llevar las cuentas administrativas de la comunidad. Con el tiempo, se le empezó a dar otro uso; explicar hechos, citas, leyendas, catástrofes. La literatura sumeria comprende tres grandes temas: mitos, himnos y lamentaciones. Los mitos se componen de breves historias que tratan de perfilar la personalidad de los dioses mesopotámicos: Enlil, principal dios y progenitor de las divinidades menores; Inanna, diosa del amor y de la guerra o Enki, dios del agua dulce frecuentemente enfrentado a Ninhursag, diosa de las montañas. Los himnos son textos de alabanza a los dioses, reyes, ciudades o templos. Las lamentaciones relatan temas catastróficos como la destrucción de ciudades o palacios a causa de la guerra o de desastres naturales, y el abandono de los dioses resultante. Algunas de estas historias es posible que se apoyasen en hechos históricos como guerras, inundaciones o en la actividad constructora de un rey importante magnificados y distorsionados con el paso del tiempo. Una creación propia de la literatura sumeria fue un tipo de poemas dialogados basados en la oposición de conceptos. También los proverbios forman parte importante de los textos sumerios.
Religión y mitología
Las religiones mesopotámicas eran politeístas, pues en cada ciudad se adoraba a distintos dioses, aunque había algunos comunes. Entre estos podemos ver a Anu, dios del Cielo y padre de los dioses; Enki, dios de la Sabiduría; Nannar, dios de la Luna; Utu dios del Sol (hacia el 5100 a.C. se llamaba Ninurta); Inanna, deidad femenina equivalente a la Venus romana; Ea, creador de los hombres; Enlil, dios de la Agricultura.
En el siglo XVIII a.C., el rey Hammurabi unió el territorio e hizo de Babilonia la capital del reino unificado, imponiendo como dios principal a Marduk. Este dios creador fue el encargado de restablecer el orden celeste, de hacer surgir la tierra del mar y de esculpir el cuerpo del primer hombre antes de repartir los dominios del Universo entre los demás seres vivos. Algo que los caracterizaba era que sus dioses estaban asociados a distintas actividades, es decir, que tenían dioses de la ganadería, escritura, confección, etcétera. Esto hizo que los mesopotámicos, como otros pueblos de la Antigüedad como los egipcios, tuvieran una religión muy compleja y sofisticada. Buena parte de esta rica herencia de mitos mesopotámicos, épicos y religiosos, subyace bajo la apariencia de episodios bíblicos y coránicos atribuidos por judíos, cristianos y musulmanes a su único dios.
Lenguas
El desarrollo temprano de la agricultura en la región pudo haber permitido que numerosos grupos humanos, más o menos numerosos, se expandieran haciendo que la diversidad lingüística de la región fuera muy grande. La situación contrasta con la que se presenta cuando grupos humanos agrícolas con una tecnología superior penetran en un territorio menos habitado por poblaciones seminómadas, lo cual da lugar a una diversidad mucho menor, como lo acontecido en Europa con la llegada de los pueblos indoeuropeos. En Mesopotamia se reconocen dos grandes familias lingüísticas: la indoeuropea (cuya presencia se debe a varias oleadas de migrantes o invasores) y la semítica (de la que se testimonian dos ramas). Junto con éstas existe un número importante de lenguas aisladas (sumerio, elamita) o cuasi aisladas (hurrita-uratiano) junto con un número de lenguas mal documentadas cuya filiación no puede precisarse adecuadamente (kasita, hatti, kaska). Muchas de las lenguas aisladas parecen tener rasgos que las acerca tipológicamente a algunas lenguas caucásicas, aunque eso no es prueba de parentesco, ya que dichos rasgos podrían ser muestra de que en el pasado había existido un área lingüística de convergencia.
Arte mesopotámico
Gracias a la fertilidad del suelo y a la abundancia de las cosechas, en Mesopotamia se produjo muy pronto la sedentarización de los pueblos nómadas que pasaban por allí convirtiéndose en agricultores y desarrollando una cultura y un arte con una sorprendente variedad de formas y estilos. Con todo, el arte en general mantiene bastante unidad en cuanto a su intencionalidad, que da como resultado un arte un poco rígido, geométrico y cerrado, pues, ante todo, tiene una finalidad práctica y no estética, se desarrolla al servicio de la sociedad.
Escultura
Ésta unas veces representa soberanos, otras a dioses, otras a funcionarios, pero siempre personas individualizadas (a veces con su nombre grabado). Busca sustituir a la persona más que representarla. Cabeza y rostro desproporcionados respecto al cuerpo; por este motivo, desarrollaron el llamado realismo conceptual: simplificaban y regularizaban las formas naturales gracias a la ley de la frontalidad (parte derecha e izquierda absolutamente simétricas) y al geometrismo (figura dentro de un esquema geométrico que solía ser el cilindro y el cono). Las representaciones humanas mostraban una total indiferencia por la realidad. Por otra parte, los animales presentaban un mayor realismo. Algunos temas recurrentes de la escultura mesopotámica son toros monumentales, muy estilizados y realistas (genios protectores, monstruosos y fantásticos como todo lo sobrenatural en Mesopotamia). Sus técnicas principales fueron el relieve monumental, la estela, el relieve parietal, el relieve de ladrillos esmaltados y el sello: otras formas de esculpir y desarrollar auténticos cómics o narraciones en ellos.
Pintura
Debido a las características del país, existen muy pocas muestras, sin embargo el arte es muy parecido al arte del periodo magdaleniense de la Prehistoria. La técnica era la misma que en el relieve parietal, sin perspectiva. Al igual que los mosaicos (más perdurables y característicos) tenía un fin más decorativo que las otras facetas del arte. En la pintura y grabados, la jerarquía se mostraba de acuerdo al tamaño de las personas representadas en la obra: los de más alto rango se mostraban más grandes en comparación con el resto. La pintura fue estrictamente decorativa. Se utilizó para embellecer la arquitectura. Carece de perspectiva, y es cromáticamente pobre: solo prevalecen el blanco, el azul y el rojo. Los temas eran escenas de guerra y de sacrificios rituales con mucho realismo. Se representan figuras geométricas, personas, animales, monstruos y otros seres mitológicos. Se emplea en la decoración doméstica. No se representaban las sombras.
La arquitectura de la antigua Mesopotamia
Los mesopotámicos tenían una arquitectura muy particular debido a los recursos que tenían disponibles. Hicieron uso de los dos sistemas básicos en la construcción: el abovedado y el adintelado. Construyeron mosaicos pintados en colores vivos, como negros verdes bicolores hechos por ellos mismos que eran muy creativos a manera de murales. No había ventanas y la luz se obtenía del techo. A diferencia de los egipcios, se preocupaban exclusivamente de la vida terrenal y no de la de los muertos, por tanto las edificaciones más representativas eran: el templo y el palacio. El templo era un centro religioso, económico y político. Tenía tierras de cultivo y rebaños, almacenes (donde se guardaban las cosechas) y talleres (donde se hacían utensilios, estatuas de cobre y de cerámica). Los sacerdotes organizaban el comercio y empleaban a campesinos, pastores y artesanos, quienes recibían como pago parcelas de tierra para cultivo de cereales, dátiles o lana. El urbanismo regulado estuvo presente en algunas ciudades, como la Babilonia de Nabucodonosor II, mayoritariamente en damero. En cuanto a las obras de ingeniería, destaca la extensísima y antigua red de canales que unían los ríos Tigris, Éufrates y sus afluentes, propiciando la agricultura y la navegación fluvial.
Tecnología
El desarrollo de la tecnología en Mesopotamia estuvo condicionado en muchos aspectos a los avances en el dominio del fuego, conseguidos mediante la mejora de la capacidad térmica de los hornos, con los cuales es posible conseguir yeso (a partir de los 300º C), y cal (a partir de los 800º C). Con estos materiales se podían recubrir recipientes de madera lo que permitía ponerlos al fuego directo, una técnica predecesora de la cerámica a la que se ha llamado «vajilla blanca». Los inicios de esta técnica se han encontrado en Beidha, al sur de Canaán, y datan del IX milenio a.C., a partir de los milenios posteriores se extiende hacia el norte y al resto del Próximo Oriente, cubriéndolo por completo entre 5600 y 3600 a.C.
Cerámica
En Mesopotamia la cerámica comienza a desarrollarse durante el Neolítico, por lo que se habla de un Neolítico Precerámico. Tras éste, se da un periodo en el que la cerámica aparece de forma intermitente en los restos arqueológicos. Esto es debido, más que a una serie de descubrimientos y olvidos, a que la «vajilla blanca» era aún suficiente para la mayor parte de las aplicaciones. Hacia el IV milenio a.C. la cerámica alcanzó un desarrollo pleno, con hornos donde el fuego y la cámara de cocción estaban bien diferenciados. A partir de ahí, y con el dominio de temperaturas aún superiores, surgió una nueva técnica: la vitrificación de la pasta. Hacia el III milenio a.C., durante el periodo Jemdet-Nasr se consigue fabricar perlas de vidrio y un milenio después ya se domina la técnica del vidriado. Finalmente, durante el II milenio a.C., se logró la fabricación de objetos de vidrio.
Metalurgia
Mesopotamia carecía de yacimientos de metales propios, por lo que podía haberse visto en desventaja frente a las vecinas regiones montañosas; pero no fue así, ya que en esas zonas el desarrollo político era muy inferior al mesopotámico, y no se creó ningún estado poderoso a expensas de esta riqueza. A la larga, fueron los habitantes de Mesopotamia los que, mediante el comercio, controlaron este bien. La utilización de pequeños objetos metálicos tallados había sido una constante en la región desde el VI milenio a.C., sin embargo no fue hasta el desarrollo de hornos más potentes cuando se generalizó el uso de estos materiales mediante la aparición de la metalurgia. Este cambio puede situarse a mediados del III milenio a.C.; empieza a encontrarse mayor cantidad de objetos metálicos; por su composición, se aprecia que estos objetos son obtenidos mediante fundición, no por el tallado de metales en estado natural y se empieza a experimentar con aleaciones.
Con el desarrollo de las aleaciones de metales se produjo el nacimiento de la metalurgia del bronce, que se diferenció en dos vertientes según los metales con los que se obtenía la aleación; bien fuesen cobre y estaño o cobre y arsénico. El bronce arsenioso se desarrolló en las áreas del Cáucaso, este de Anatolia, sur de Mesopotamia y Levante mediterráneo, trazando un eje norte-sur. El bronce de estaño predomina en Irán, Mesopotamia, en el norte de Siria y en Cilicia, trazando un eje este-oeste. El punto de cruce de estos dos ejes es el sur de Mesopotamia, esto es, la cuna de la civilización sumeria. Esta situación se mantiene durante los milenios IV y III a.C., hasta que en el segundo el bronce arsenioso desaparece. Entre el 1200 y el 1000 a.C. se produce un nuevo avance: el hierro, que hasta entonces había sido escaso hasta el punto de costar igual que el oro, se populariza debido probablemente al descubrimiento de nuevas técnicas, conseguidas en el área del norte de Siria o en la tierra de los hititas.
Avances tecnológicos
Algunas de las creaciones que les debemos a las civilizaciones que habitaron Mesopotamia en la remota Antigüedad son las siguientes: la escritura (cuneiforme); la moneda; la rueda; las primeras nociones de astrología y astronomía; el desarrollo del sistema aritmético sexagesimal y el primer códice de leyes, promulgado por el rey Hammurabi. También idearon un complejo sistema postal o de correo. Otros avances fueron la creación de sistemas de irrigación artificial; el arado; el bote y la vela para la navegación; los aperos para los animales de labranza. Asimismo desarrollaron la metalurgia del cobre y el bronce, y nos legaron un calendario de 12 meses y 360 días.

Yelmo sumerio

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