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martes, 3 de abril de 2018

Victoria española en la batalla naval de Tenerife en 1797


En 1797 la tentativa británica de apoderarse de las islas Canarias acabó en la humillante derrota del entonces contraalmirante Horatio Nelson a manos del general español Antonio Gutiérrez de Otero y Santayana. La conquista de las islas Canarias hubiese permitido a los británicos disponer de una base estratégica para asegurar sus intereses en el Atlántico y las rutas comerciales a América y la costa occidental de África. En julio de 1797, la Royal Navy a las órdenes de Nelson, se presentó en Tenerife con 9 navíos de guerra bien artillados y 3.700 infantes de marina prestos para desembarcar. El objetivo de esta fuerza naval era conquistar y ocupar las islas Canarias. Según el Almirantazgo, como cuatro décadas antes en Cartagena de Indias, la invasión iba a ser un paseo militar para la flota británica mandada por Nelson. El general Gutiérrez de Otero logró coordinar eficazmente, y en muy poco tiempo, un heterogéneo grupo de soldados regulares con pescadores, labradores y artesanos que, con la determinación y heroísmo de todo el pueblo tinerfeño, liderado por el general Gutiérrez, acabó con la arrogancia británica y culminó otra gran victoria española sobre los británicos. Nelson perdió su brazo derecho y fue hecho prisionero tras la dura batalla que se libró en la bahía de Santa Cruz de Tenerife el 25 de julio de 1797.


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