Powered By Blogger

lunes, 23 de abril de 2018

¿Hubo faraones negros?


Sí, pero en las últimas etapas de la dilatada historia del Egipto faraónico, concretamente en el III Período Intermedio, entre los años 1070 y 656 a.C. Esta etapa comienza con la instauración de dos dinastías de origen libio que se repartieron Egipto: una, desde Tanis, en el Bajo Egipto, y otra, cuyos reyes tomaron el título de sumos sacerdotes de Amón, desde Tebas. El periodo termina con la dominación de los reyes kushitas. Son las dinastías, parcialmente coetáneas, XXI a XXV.
El conocido como Período Tardío abarca desde el año 656 al 332 a.C. y comienza con la dinastía Saíta, con dos períodos de dominación persa, así como con varias dinastías simultáneas de gobernantes egipcios independientes.  Son las dinastías XXVI a XXXI. Después Egipto se convirtió en una satrapía persa.
El Período Helenístico (332-30 a.C.) se inicia con la conquista de Egipto por Alejandro de Macedonia en 332 a.C., y la llegada al poder en 305 a.C. de Ptolomeo, uno de los diadocos o generales de Alejandro, que funda la dinastía ptolemaica. Ésta finaliza con la incorporación de Egipto al Imperio Romano tras la decisiva batalla naval de Accio, en el año 31 a.C. Un año después se suicida Cleopatra VII, la última reina de Egipto, y Octaviano entra en Alejandría liquidando definitivamente la independencia política de Egipto y convirtiéndolo en una provincia romana. Así permanecerá hasta el 395, cuando se convirtió en demarcación del Imperio de Oriente y permaneció bajo soberanía bizantina hasta la conquista musulmana de Egipto en el año 640. Los últimos vestigios de la cultura tradicional del antiguo Egipto se extinguieron a comienzos del siglo VI, junto con los postreros sacerdotes de Isis que oficiaban en el templo de la isla de File, al proscribir Constantinopla el culto a los «dioses paganos». Apenas un siglo después, el cristianismo sería a su vez barrido de Egipto por el islam.


No hay comentarios:

Publicar un comentario