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domingo, 15 de octubre de 2017

Ataúlfo, primer monarca del Reino visigodo de España

Ataúlfo (†415) fue rey de los visigodos desde el 410 hasta su asesinato. De la dinastía baltinga, a la muerte de su cuñado Alarico I fue nombrado rey al estilo germano —elevado sobre el pavés y jurando sobre la tumba de su antecesor—. Bajo su reinado los visigodos pasaron de ser una confederación de tribus bajo un jefe, a un reino transpirenaico de considerable poderío militar y político en las postrimerías del Imperio Romano de Occidente. Una de las primeras menciones de Ataúlfo, antes de su coronación, lo sitúa en la región de Panonia (actual Hungría) al frente de un ejército aliado de germanos y hunos. En el año 409 cruza los Alpes y atraviesa la región italiana del Véneto con el objetivo de prestar apoyo militar a Alarico, que se encontraba negociando con el emperador Honorio en Rávena. Al no conseguir los resultados deseados en dichas negociaciones, Alarico decide poner sitio a Roma el 24 de agosto de 410. Durante dicho asedio fueron capturados numerosos prisioneros de importancia, entre ellos Gala Placidia, hermanastra de Honorio, augusto de Occidente, y que quedará bajo custodia de Ataúlfo. Tras levantar el asedio, el Senado romano nombró emperador al patricio Prisco Átalo, y éste concedió a Ataúlfo el título de Comes DomesticusDespués del saqueo de Roma en 410, los visigodos se dirigen hacia el sur de la Península al objeto de invadir Sicilia, mas fueron detenidos por la muerte de Alarico, probablemente a causa de unas fiebres. Tras el fallecimiento de éste, Ataúlfo fue escogido como su sucesor. Su primer acto como rey fue detener el avance hacia el sur, por falta de suministros, y permanecer en Calabria, donde sus tropas, famélicas, se dedicaron a devastar la región. En aquella época era muy común la presencia de generales y nobles ambiciosos en diversas ciudades que decidían proclamarse emperadores o augustos. Ataúlfo se dirigió al norte en el año 412 bajo el pretexto de ponerse al servicio de uno de dichos usurpadores, un aristócrata galorromano llamado Jovino. Sin embargo, su verdadera intención era encontrar un lugar en el que instalar su corte y a su pueblo, por lo que traicionó a Jovino, ayudando militarmente a Honorio en contra de éste, y finalmente llevándole su cabeza. Como recompensa, el emperador permitió a los visigodos establecerse en Aquitania y posteriormente en la Galia Narbonense, en calidad de aliados del Imperio.
El 1 de enero de 414, Ataúlfo se casa por sorpresa con Gala Placidia por el rito romano en Narbona, aunque el historiador Jordanes indica que se casaron en el 411. La fecha de Jordanes puede referirse realmente al inicio de la relación entre Gala y el rey visigodo, pues algunos historiadores afirman que hubo más amor que política en dicha unión. Ataúlfo pretendía gobernar sus nuevos dominios con la ayuda de los terratenientes galorromanos, pero el enfurecido emperador Honorio ordenó al general Constancio cortar las rutas de suministro desde la costa de Arlés. Acorralado, no tuvo más remedio que cruzar los Pirineos para establecerse en Hispania. En el año 415 Ataúlfo y sus tropas atraviesan los Pirineos y se instalan en Barcelona, ciudad de la Tarraconense. Allí nace su hijo, al cual llama Teodosio como símbolo de su intención de unir las tradiciones goda y romana; lamentablemente éste muere pocos meses después. Según Hidacio, este hecho marcaría el cumplimiento de una profecía de Daniel, que decía que la hija del Rey del Sur se unirá al Rey del Norte, y ninguna estirpe sobrevivirá de ella. Contrario a lo que esperaba el rey, la situación de los visigodos no mejoró mucho en España: la flota romana bloqueaba los puertos de la Tarraconense impidiendo el avituallamiento. Diversos personajes de la corte sugirieron al rey cruzar el estrecho de Gibraltar e invadir el norte de África, como pretendía Alarico. Sin embargo, Ataúlfo rechazó este plan, insistiendo en la posibilidad de llegar a un acuerdo con Honorio. Este hecho empeoró el malestar imperante dentro de la nobleza goda más recalcitrante, y contraria a cualquier tipo de negociación con los romanos.
El 14 de agosto de 415, mientras revisaba sus caballos en las caballerizas de Barcelona, Ataúlfo fue asesinado. No se sabe con certeza la identidad del culpable, pero se piensa que el rey cayó víctima de una conspiración encabezada por su sucesor Sigerico. Se especula que su asesino fue un miembro de la corte llamado Eberwulf que supuestamente era ridiculizado por el rey a causa de algún defecto físico; éste sería también miembro de una tribu goda cuyo jefe, Saro, era el supuesto hermano de Sigerico y había sido asesinado por Ataúlfo. Sin embargo, Ataúlfo no murió instantáneamente, viviendo el tiempo suficiente para designar sucesor a su hermano menor. De todos modos fue Sigerico quien ascendió al trono. El reinado de Sigerico no duró más que una semana, pero en sus pocos días de gobierno dio pruebas inequívocas de sus perversas intenciones: mandó matar a los seis hijos de Ataúlfo, para evitar futuros descendientes que reclamasen el trono, y violó a Gala Placidia, viuda de Ataúlfo y hermana del emperador Honorio, obligándola, después de vejarla, a caminar junto con otros prisioneros delante de su caballo hasta una distancia de doce millas desde la ciudad de Barcelona. Esta situación generó un gran malestar entre los partidarios de Walia, quienes asesinaron Sigerico al séptimo día de su reinado. A continuación, Walia fue entronizado.
Soldados visigodos del siglo V

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