Ataúlfo (†415) fue rey de los visigodos desde el 410 hasta
su asesinato. De la dinastía baltinga, a la muerte de su cuñado Alarico I fue
nombrado rey al estilo germano —elevado sobre el pavés y jurando sobre la tumba
de su antecesor—. Bajo su reinado los visigodos pasaron de ser una
confederación de tribus bajo un jefe, a un reino transpirenaico de considerable
poderío militar y político en las postrimerías del Imperio Romano de Occidente. Una de las primeras menciones de Ataúlfo, antes de su
coronación, lo sitúa en la región de Panonia (actual Hungría) al frente de un
ejército aliado de germanos y hunos. En el año 409 cruza los Alpes y atraviesa
la región italiana del Véneto con el objetivo de prestar apoyo militar a
Alarico, que se encontraba negociando con el emperador Honorio en Rávena. Al no
conseguir los resultados deseados en dichas negociaciones, Alarico decide poner
sitio a Roma el 24 de agosto de 410. Durante dicho asedio fueron capturados
numerosos prisioneros de importancia, entre ellos Gala Placidia, hermanastra de
Honorio, augusto de Occidente, y que quedará bajo custodia de Ataúlfo. Tras
levantar el asedio, el Senado romano nombró emperador al patricio Prisco Átalo,
y éste concedió a Ataúlfo el título de Comes Domesticus. Después del saqueo de Roma en 410, los visigodos se dirigen
hacia el sur de la Península al objeto de invadir Sicilia, mas fueron
detenidos por la muerte de Alarico, probablemente a causa de unas fiebres. Tras
el fallecimiento de éste, Ataúlfo fue escogido como su sucesor. Su primer acto
como rey fue detener el avance hacia el sur, por falta de suministros, y
permanecer en Calabria, donde sus tropas, famélicas, se dedicaron a devastar la
región. En aquella época era muy común la presencia de generales y
nobles ambiciosos en diversas ciudades que decidían proclamarse emperadores o
augustos. Ataúlfo se dirigió al norte en el año 412 bajo el pretexto de ponerse
al servicio de uno de dichos usurpadores, un aristócrata galorromano llamado
Jovino. Sin embargo, su verdadera intención era encontrar un lugar en el que
instalar su corte y a su pueblo, por lo que traicionó a Jovino, ayudando
militarmente a Honorio en contra de éste, y finalmente llevándole su cabeza.
Como recompensa, el emperador permitió a los visigodos establecerse en
Aquitania y posteriormente en la Galia Narbonense, en calidad de aliados del
Imperio.
El 1 de enero de 414, Ataúlfo se casa por sorpresa con Gala
Placidia por el rito romano en Narbona, aunque el historiador Jordanes indica
que se casaron en el 411. La fecha de Jordanes puede referirse realmente al
inicio de la relación entre Gala y el rey visigodo, pues algunos historiadores
afirman que hubo más amor que política en dicha unión. Ataúlfo pretendía
gobernar sus nuevos dominios con la ayuda de los terratenientes galorromanos,
pero el enfurecido emperador Honorio ordenó al general Constancio cortar las
rutas de suministro desde la costa de Arlés. Acorralado, no tuvo más remedio
que cruzar los Pirineos para establecerse en Hispania. En el año 415 Ataúlfo y sus tropas atraviesan los Pirineos y
se instalan en Barcelona, ciudad de la Tarraconense. Allí nace su
hijo, al cual llama Teodosio como símbolo de su intención de unir las
tradiciones goda y romana; lamentablemente éste muere pocos meses después.
Según Hidacio, este hecho marcaría el cumplimiento de una profecía de Daniel,
que decía que la hija del Rey del Sur se unirá al Rey del Norte, y ninguna
estirpe sobrevivirá de ella. Contrario a lo que esperaba el rey, la situación
de los visigodos no mejoró mucho en España: la flota romana bloqueaba los
puertos de la Tarraconense impidiendo el avituallamiento. Diversos personajes
de la corte sugirieron al rey cruzar el estrecho de Gibraltar e invadir el
norte de África, como pretendía Alarico. Sin embargo, Ataúlfo rechazó este
plan, insistiendo en la posibilidad de llegar a un acuerdo con Honorio. Este
hecho empeoró el malestar imperante dentro de la nobleza goda más
recalcitrante, y contraria a cualquier tipo de negociación con los romanos.
El 14 de agosto de 415, mientras revisaba sus caballos en
las caballerizas de Barcelona, Ataúlfo fue asesinado. No se sabe con certeza la
identidad del culpable, pero se piensa que el rey cayó víctima de una
conspiración encabezada por su sucesor Sigerico. Se especula que su asesino fue
un miembro de la corte llamado Eberwulf que supuestamente era ridiculizado por
el rey a causa de algún defecto físico; éste sería también miembro de una tribu
goda cuyo jefe, Saro, era el supuesto hermano de Sigerico y había sido
asesinado por Ataúlfo. Sin embargo, Ataúlfo no murió instantáneamente, viviendo
el tiempo suficiente para designar sucesor a su hermano menor. De todos modos
fue Sigerico quien ascendió al trono. El reinado de Sigerico no duró más que una semana, pero en
sus pocos días de gobierno dio pruebas inequívocas de sus perversas
intenciones: mandó matar a los seis hijos de Ataúlfo, para evitar futuros
descendientes que reclamasen el trono, y violó a Gala Placidia, viuda de
Ataúlfo y hermana del emperador Honorio, obligándola, después de vejarla, a
caminar junto con otros prisioneros delante de su caballo hasta una distancia
de doce millas desde la ciudad de Barcelona. Esta situación generó un gran
malestar entre los partidarios de Walia, quienes asesinaron Sigerico al séptimo
día de su reinado. A continuación, Walia fue entronizado.
Soldados visigodos del siglo V |
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