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jueves, 31 de diciembre de 2015

1914: invasión alemana de Francia y Bélgica

Al inicio de la Primera Guerra Mundial, el Ejército alemán ejecutó una versión modificada del Plan Schlieffen, diseñado para atacar con rapidez a Francia a través de Bélgica antes de girar hacia el sur para rodear al Ejército francés en la frontera alemana. Los ejércitos bajo el mando de los generales Alexander von Kluck y Karl von Bülow atacaron Bélgica el 4 de agosto de 1914. Luxemburgo había sido ocupada sin oposición el 2 de agosto. La primera batalla en Bélgica fue el asedio de Lieja, que se prolongó desde el 5 al 16 de agosto. Lieja estaba bien fortificada y sorprendió al Ejército alemán, al mando de Von Bülow, por su capacidad de resistencia. Tras la caída de Lieja, la mayor parte del Ejército belga se retiró hacia Amberes y Namur. Aunque el Ejército alemán circunvaló Amberes, siguió siendo una amenaza para su flanco. Luego tuvo lugar otro asedio a Namur, que duró aproximadamente del 20 al 23 de agosto. Cinco días después culminaría el asedio de Amberes con la caída de esa ciudad.
El plan ofensivo francés de preguerra, el Plan XVII, tenía por objetivo capturar Alsacia-Lorena tras el estallido de las hostilidades, para ello preparó un enorme ejército de 1.250.000 hombres. La ofensiva principal se lanzó el 14 de agosto, con ataques a Saarburg en Lorena y Mulhouse en Alsacia. Siguiendo el Plan Schlieffen, los alemanes se retiraron lentamente infligiendo las máximas pérdidas a los franceses, que avanzaron hacia el río Sarre e intentaron capturar Saarburg antes de ser rechazados. Los franceses habían conquistado Mülhausen, pero la abandonaron para ir en auxilio de las debilitadas fuerzas de Lorena.
Tras marchar sobre Bélgica, Luxemburgo y el bosque de las Ardenas, un ejército alemán de 1.300.000 hombres avanzó a partir del 24 de agosto hacia el interior del norte de Francia, donde se encontraron con el Ejército francés, bajo el mando de Joseph Joffre, y las primeras divisiones de la Fuerza Expedicionaria Británica, a las órdenes de sir John French. A continuación se libraron varias batallas conocidas como las «batallas de las Fronteras». Los combates clave fueron los de Charleroi y Mons. Seguidamente se produjo una retirada general aliada, dando como resultado más enfrentamientos, como la batalla de Le Cateau, el asedio de Maubeuge y la batalla de St. Quentin.
El Ejército alemán llegó a menos de 70 kilómetros de París, pero en la primera batalla del Marne (6–12 de septiembre), las tropas francesas y británicas consiguieron forzar una retirada alemana, dando fin a su avance hacia el interior de Francia. El Ejército alemán se replegó hacia el norte del río Aisne y se atrincheró, estableciendo un frente occidental estático que perduraría tres años. Tras esta retirada alemana, ambas fuerzas intentaron flanquear a la otra en la carrera hacia el mar, y extendieron rápidamente su sistema de trincheras desde el canal de la Mancha hasta la frontera suiza. 


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