Uno de los vikingos más famosos es el noruego Erik el Rojo, que colonizó Groenlandia. Se cree que su hijo Leif Erikson llegó a América varios siglos antes de que lo hicieran los españoles. Ragnar Lodbrok y su prole son las figuras históricas más conocidas de todas las incursiones y conquistas vikingas en Europa, liderando el ejército pagano que dominó y colonizó gran parte de la actual Inglaterra. También es muy conocido Canuto el Grande, rey de Dinamarca, que logró someter todo el este de Inglaterra. Otro de los grandes héroes vikingos fue Harald Haardrade (Harald el Despiadado), quien está considerado como el último rey vikingo. Harald huyó muy joven a Constantinopla, donde formó parte de la temible Guardia Varega durante diez años, siendo uno de sus mejores oficiales. Luego escapó con la hija de la emperatriz hacia Nóvgorod, para enviarla de vuelta a Constantinopla. Compartió el Reino de Noruega con su sobrino (Magnus I el Bueno) a cambio de la mitad de las riquezas que había acumulado en Constantinopla, pero después de un corto tiempo su sobrino falleció en extrañas circunstancias y quedó gobernando en solitario. Cuando Harald supo que Guillermo el Bastardo —quien después de conquistar Inglaterra sería llamado El Conquistador— tenía la intención de apoderarse de Inglaterra, diseñó un árbol genealógico según el cual tenía derecho a ser rey de Inglaterra, reunió un ejército y, junto con Tostig (hermano del rey Haroldo II de Inglaterra) se preparó para conquistar la isla. Desembarcó en el norte y fue descendiendo hasta llegar a York, encontrando poca resistencia, pues el ejército del rey Harold II se hallaba en el sur de la isla. Y en una rápida y larga marcha, Harold II llegó hasta donde estaba Haardrade, quien ya consideraba que estaba todo bajo control, pero se encontró con una férrea defensa y cayó en la batalla de Stamford Bridge (25 de septiembre de 1066).
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