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viernes, 5 de noviembre de 2010

¿Por qué asesinaron a Kennedy? (4)

La Operación ‘Sunrise’ (Amanecer) fue ideada por Allen Dulles, jefe de la Office of Strategic Services, en su oficina provisional de Berna, Suiza, donde desde 1942 mantenía contactos regulares con los nazis, algunos de cuyos jefes empezaban a vislumbrar la derrota militar del III Reich. La mayoría de los oficiales alemanes, tanto de la Wehrmacht como de las SS, preferían rendirse a los norteamericanos y británicos antes que a los rusos. El principal negociador por parte de Alemania fue el comandante Karl Wolff, jefe de la Gestapo en Italia. La relación de Wolff con Allen Dulles le evitó tener que sentarse en el banquillo de los acusados en el tribunal de Núremberg que juzgaba los crímenes de guerra cometidos por los alemanes. Más tarde, cuando se supo que Wolff aniquiló a más de 300000 judíos, incluidas mujeres, ancianos y niños en el campo de exterminio de Treblinka, sólo se dictó contra él una sentencia simbólica. Cuando Wolff alcanzó con Dulles el acuerdo secreto de los términos de la rendición, negoció para él y los demás criminales de guerra alemanes una salida segura del país para no caer en manos de los soviéticos. 

Es entonces cuando la OSS (Office of Strategic Services), William Donovan y el Estado Vaticano entran en escena. Donovan era un destacado agente de la OSS. Poco antes de la definitiva debacle del Ejército alemán, el padre Felix Morlion, funcionario papal, creó una organización de Inteligencia vaticana llamada Pro Deo, con sede en Lisboa. Cuando los Estados Unidos entraron oficialmente en la Segunda Guerra Mundial (finales de 1941), Donovan trasladó a Morlion y su organización a Nueva York. Allí el sacerdote fundó la organización Consejo Americano Internacional de Dios para la Promoción de la Democracia. En el mismo edificio donde se encontraba esta “oficina” papal, estaba también la oficina de William Taub, que alcanzaría cierta celebridad varios años más tarde con el escándalo ‘Watergate’.

William Taub tenía excelentes contactos, además del propio Richard Nixon, con el que participó en alguna de sus campañas electorales, con Howard Hughes, un prolijo hombre de negocios que, además de dedicarse al cine, fue también fabricante de aviones y armamento, Aristóteles Onassis, magnate naviero griego y Jimmy Hoffa, destacado líder del Sindicato de Transportes, al que se atribuían contactos con la mafia. Hoffa desapareció en extrañas circunstancias, jamás esclarecidas, el 30 de julio de 1975. Taub también mantenía una relación muy especial con el cardenal Alfredo Ottaviania, a quien en 1929 entregó 89 millones de dólares que ‘durmieron’ en la cuenta del Vaticano durante varias décadas. Una parte importante fue entregada a Michelle Sindona para que moviese el dinero en inversiones rentables. Años después Sindona utilizó parte de esos fondos en la primera campaña presidencial de Richard Nixon, la de 1960, que acabó perdiendo con John F. Kennedy por un estrecho margen de votos.

Michelle Sindona, como ya hemos visto en otro capítulo, jugó un destacadísimo papel en la trama del Banco Ambrosiano. Sindona era un hombre de negocios ligado a la Democracia Cristiana italiana y a la mafia, y había amasado una gran fortuna personal como asesor financiero del futuro papa Pablo VI cuando éste era arzobispo de Milán. Para Allen Dulles, la Operación ‘Sunrise’ fue un triunfo personal que lo llevó a la cabeza del aparato de Inteligencia. Con el tiempo la OSS (Office of Strategic Services) creada durante la Segunda Guerra Mundial bajo la dirección y supervisión de David Rockefeller, se convirtió en la CIA. Pero conservó al nutrido grupo de criminales de guerra alemanes, y a otros de la Europa oriental, a los que Dulles había logrado salvar del tribunal aliado de Núremberg y de la Justicia soviética. En 1964, Allen Dulles, en virtud de su posición, se integró como representante de la CIA en la Comisión Warren, que investigaba por cuenta del Senado el asesinato del presidente Kennedy. Cosa bastante extraña ya que Dulles no podía sentir un gran aprecio por el presidente asesinado pues éste le había destituido en septiembre de 1961.

John McCloy
Después del asesinato de Kennedy en noviembre de 1963, el nuevo presidente, Lyndon B. Johnson nombró a John McCloy para integrar la Comisión Warren. McCloy conocía bien el lúgubre mundo del espionaje, las intrigas, y a los antiguos agentes nazis integrados en la CIA (desde la época que era aún la OSS) en virtud de la Operación Sunrise, en la que había participado activamente.
John McCloy había pasado buena parte de la década de 1920 en París, defendiendo precisamente a antiguos agentes y espías alemanes acusados de haber cometido actos de sabotaje en Francia durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918).

Mayor general Charles A. Willoughby
Cuando los nazis ocuparon media Europa, el intercambio bancario entre Gran Bretaña y los Estados Unidos por un lado, y Alemania por el otro, no fue interrumpido en ningún momento. Algunas de las compañías que continuaron operando fueron la Standard Oil of New Jersey, perteneciente al Chase Manhattan Bank (y ambos propiedad de la familia Rockefeller), I.G. Farben’s Sterling Products y el Bank for International Settlements. Buques petroleros de la Standard Oil atravesaban tranquilamente el océano en plena batalla del Atlántico, para abastecer a la industria de guerra nazi. McCloy había trabajado como representante legal de I.G. Farben, la empresa que ostentaba el monopolio de la industria química alemana, antes de la guerra.
Durante la guerra, siendo secretario asistente en el Departamento de Guerra, McCloy suspendió la ejecución de criminales de guerra alemanes, y rechazó la entrada en los Estados Unidos de refugiados judíos. También ayudó a Klaus Barbie (el Carnicero de Lyon) a escapar de los franceses. Barbie y otros colaboradores de Hitler fueron ocultados y sacados de Europa por equipos especiales de la inteligencia norteamericana. Uno de esos colaboradores que se prestó a brindar refugio a los criminales de guerra nazis fue, paradójicamente, un joven judío llamado Henry Kissinger, a punto de ingresar en la prestigiosa Universidad de Harvard apadrinado por John McCloy.

En 1949 John McCloy regresó a Alemania como Alto Comisionado Americano. Allí conmutó sentencias de muerte a un número considerable de nazis acusados de crímenes de guerra, y consiguió reducir las condenas de otros muchos, industriales y banqueros en su mayoría, que habían colaborado con el régimen Nacional Socialista alemán entre 1933 y 1945. Entre ellos figuraba Alfred Krupp, condenado por utilizar a trabajadores esclavos (forzados) en sus fábricas de armamento que proveían a las Fuerzas Armadas alemanas. Estaba también el genio de las finanzas de Hitler, el doctor Hjalmar Schacht, muy bien relacionado con el armador griego Aristóteles Onassis.

En 1952 John McCloy llega a la presidencia del Chase Manhattan Bank, propiedad de la familia Rockefeller. Durante este período entabla relación con un nuevo cliente, la firma Nobel Oil, relacionada con el padre de George De Mohrenschildt, miembro del Club del Petróleo de Texas, y el amigo más allegado en Dallas de Lee Harvey Oswald, presunto asesino del presidente Kennedy. George De Mohrenschildt fue acusado de haber formado parte del Gobierno francés de Vichy que colaboró con la Alemania nazi. El siniestro aristócrata lideraba, además, a la significativa colonia de bielorrusos anticomunistas residentes en Dallas, Texas. Algunos de ellos antiguos criminales de guerra nazis. 

(Continuará…)

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