Los hoplitas eran originariamente ciudadanos de las ciudades-estado
libres de Grecia, que tomaban las armas en caso de guerra. Estos milicianos
aparecieron a finales del siglo VI a.C., y ellos mismos se costeaban el armamento.
Casi todos los ciudadanos griegos de la Antigüedad clásica lucharon como
hoplitas, incluso filósofos y dramaturgos. Desde la formación de las milicias de hoplitas, los conflictos
se redujeron y las campañas eran cortas y se decidían en batallas únicas y decisivas,
extraordinariamente sangrientas y brutales, por lo que se necesitaba un alto
grado de disciplina. A diferencia de los atenienses y tebanos, los hoplitas espartanos
eran soldados profesionales muy especializados. Esparta era un estado militarizado,
y las labores del campo y la ganadería se encargaban a los esclavos o ilotas, y
a los extranjeros. Las formaciones de hoplitas, como las falanges macedónicas o
las legiones romanas, eran especialmente eficaces en las batallas a campo
abierto. Ambos contendientes se alineaban en una llanura, en una formación
rectangular. Las fuerzas auxiliares eran menos numerosos e importantes; como
los hippeis (caballería), que se situaban en los flancos, y tanto la infantería
ligera como las tropas que lanzaban proyectiles eran insignificantes. Los espartanos eran adiestrados en el servicio militar desde
su niñez para convertirlos en una fuerza de ataque excepcional y disciplinada.
Hoplita ateniense del siglo V a.C. |
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