La Lista Falciani es una relación que contiene
los nombres de unos 130 mil potenciales evasores fiscales con cuentas no
declaradas en la sucursal en Ginebra (Suiza) del banco británico HSBC. La
famosa lista debe su nombre a Hervé
Falciani, un ingeniero informático francoitaliano, extrabajador del banco HSBC,
que la filtró a los medios de información de todo el mundo desde su puesto de
trabajo.
Falciani fue detenido en
España por la Policía en abril de 2018 y posteriormente, Suiza reclamó su
extradición. A fecha de hoy el Gobierno español no la ha tramitado y es relativamente
sencillo verle paseando por las calles de Madrid o dando conferencias en la
Universidad de Valencia. Hervé Falciani se enfrenta a una condena en firme de
cinco años de prisión desde que el Tribunal Penal Federal suizo le condenara en
noviembre de 2015 por las filtraciones de información privada que destapó los
fraudes fiscales y blanqueo de capitales de más de 100 mil clientes del banco
HSBC en todo el mundo. El informático no acudió al juicio y acabó recalando en
España.
En una entrevista
concedida al periódico El País, Hervé Falciani declaró lo
siguiente: «Estados Unidos me avisó: “Ve a España, tu vida corre peligro”». No
obstante, lo que para algunos resulta más bochornoso es que haya más interés
por parte de las autoridades suizas en atrapar a Falciani para silenciarle, que
en investigar las actividades a todas luces ilícitas del banco HSBC. Un banco
que nació en 1865 para canalizar las enormes ganancias del tráfico de opio
llevado a cabo por los británicos en China, y que generó dos guerras
consideradas como las primeras originadas directamente por el contrabando de
drogas, y que tuvieron su origen en la pretensión de Gran Bretaña de imponer al
imperio chino el comercio y consumo de opio.
¿Cómo se desató el
conflicto? A causa de la alta demanda de té, seda y porcelana china en Inglaterra
y la baja demanda de mercaderías británicas en China, los británicos mantenían
un gran déficit comercial con China, sobre todo porque debían pagar las codiciadas mercancías que importaban en
plata. Entonces Gran Bretaña comenzó a exportar
ilegalmente opio a China desde la India y la Compañía Británica de las Indias
Orientales monopolizó el comercio de opio en el siglo XVIII. También desde Indonesia, a través de la Compañía
Neerlandesa de las Indias Orientales, ese país había favorecido el comercio con
China a través del tráfico y contrabando de opio para compensar el
enorme déficit comercial con el país asiático. A medida que el tráfico del opio creció, el
flujo de plata a las arcas chinas comenzó a reducirse y el emperador chino
prohibió la venta y el consumo de opio en 1829 a causa del gran número de
adictos. La primera guerra estalló
diez años después y se desarrolló entre 1839 y 1842. La segunda, en la que
Francia se alió con los británicos, se libró entre 1856 y 1860. La derrota china en ambas guerras forzó al gobierno imperial chino a
tolerar el comercio de opio y a ceder a los británicos varios
puertos, además del territorio de Hong Kong. Portugal siguió los pasos de los británicos, forzando a los chinos a
aceptar términos de intercambio comercial desiguales y la ampliación del territorio
de Macao, que se hallaba bajo dominio portugués desde el siglo XVI.
Estos abusos por parte de los europeos, contribuyeron a generar en los chinos un arraigado
sentimiento nacionalista y antioccidental que culminó con la Rebelión de los
Bóxers en 1900 y con la posterior caída de la dinastía Qing en 1912. Además, en
1914 y en vísperas de la Primera Guerra Mundial, las principales potencias
europeas y Japón habían alcanzado un principio de acuerdo para repartirse China.
Después de la conquista española de las islas Filipinas en el siglo XVI,
el ritmo de intercambios comerciales entre China y Occidente se aceleró y los
galeones de Manila llevaron más plata a China que la Ruta de la Seda. El opio era producido en China desde el siglo XV y se mezclaba con
tabaco en un proceso inventado por los españoles, pero este mercado fue dominado por
los holandeses en la segunda mitad del siglo XVII y generalizado de forma
abusiva por los británicos en el XVIII. Al observar los problemas de salud y
sociales vinculados con el consumo de opio, el gobierno imperial chino prohibió su
consumo en 1829.
Las ganancias generadas por el tráfico y el contrabando de opio eran tan
grandes, que en 1865 se crea el Hongkong
and Shanghai Banking Corporation Limited para administrar las ganancias
generadas por el tráfico de opio. Fue el primer banco creado para canalizar las
enormes ganancias generadas por el tráfico de drogas y sigue existiendo en la
actualidad bajo las siglas HSBC con sede en Londres. A lo largo de su ya dilatada historia, la justicia de numerosos países
ha encontrado indicios de culpabilidad en el HSBC por lavado de dinero,
violación de las leyes de regulación de los sistemas financieros y haber dado
protección a grupos del crimen organizado, evasores fiscales, y cárteles
dedicados al narcotráfico, lo que le ha supuesto al banco el pago de multas
multimillonarias.
El Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación sacó a la
luz en 2015 un gigantesco esquema de evasión fiscal —apodado como Swiss Leaks— presuntamente operado por la filial suiza de HSBC que habría
evadido entre noviembre de 2006 y marzo de 2007 (apenas 5 meses) 180.600
millones de euros de 100.000 clientes y 20.000 empresas pantalla; la
investigación se apoyó en los datos proporcionados por la Lista Falciani por una
parte, y por otro lado, en 2012, Estados Unidos condenó al banco por el
blanqueo de 881 millones de dólares procedentes del narcotráfico y en 2014 la
fiscalía de Bruselas acusó a la filial suiza de HSBC de fraude fiscal, blanqueo
y de constituir una organización criminal.
A pesar de todas estas acusaciones y escándalos, el HSBC cuenta con
alrededor de 6600 oficinas en unos 80 países repartidos por África, Asia,
Europa y América y tiene, según el propio banco, más de 60 millones de clientes
repartidos en todo el mundo. En 2015 era, según la revista Forbes,
la decimocuarta mayor empresa privada del mundo cotizada en bolsa. El HSBC se
organiza en cuatro segmentos de negocio: banca comercial, banca global
(equivalente a banca de inversión), gestión de patrimonios y banca de inversión
privada global. El HSBC cotiza simultáneamente en el principal indicador de la Bolsa de
Hong Kong y en la Bolsa de Londres, concretamente en los índices Hang Seng y
FTSE 100, respectivamente. La compañía se encuentra entre las empresas con una
mayor capitalización de mercado de las que componen los índices bursátiles, con
una valoración de cientos de miles de millones de dólares (unos 170.000
millones en abril de 2015). Pero conviene no olvidar que, a pesar de estas abrumadoras cifras de
negocio, el banco HSBC no es trigo limpio y que ha cimentado su crecimiento
en el tráfico de estupefacientes tan adictivos como el opio y la heroína. No
todo vale.
Sede del HSBC en Londres |
No hay comentarios:
Publicar un comentario