El genial director de cine alemán Friedrich Wilhelm Murnau (†1931)
alcanzó la fama en 1921 con el estreno de Nosferatu, protagonizada por Max
Schreck. En la Alemania de entreguerras dirigió más de una docena de películas
y después trabajó en Hollywood. En 1926, ganó tres Oscar con la cinta Sunrise. Cuando murió Murnau en 1931 contaba 42 años. Halló la muerte
en un accidente de coche en Santa Bárbara, California. Conducía el coche un
menor de edad. Tenía 14 años y se rumoreó que el cineasta mantenía una relación sentimental
con el muchacho. Al sepelio acudieron sólo 11 personas, entre ellas la legendaria
actriz sueca Greta Garbo. El actor protagonista de la cinta Nosferatu, Max Schreck, que
interpreta al longevo vampiro, murió repentinamente con tan sólo 56 años.
Sufrió un infarto. Otra de las leyendas sobre el intérprete del conde Orlok es
que realmente era un vampiro y que Murnau le pagó por morder de verdad el
cuello de la protagonista en la escena final, Greta Schroeder. Uno de los operadores de cámara de la película, Fritz Arno
Wagner, también sufrió un fatal accidente laboral en el que se rompió el
cuello. El guionista que realizó la adaptación de la novela Drácula de
Bram Stoker era admirador del célebre ocultista británico Aleister Crowley. Se
vio obligado a abandonar el cine y murió al poco tiempo a causa de un cáncer. La viuda de Stoker, Florence Balcombe, denunció a Murnau por
plagio y el director perdió el litigio y fue condenado a destruir todas las
copias de Nosferatu. Afortunadamente para los cinéfilos, Murnau no cumplió la resolución
judicial y Nosferatu ha quedado como una de las mejores cintas del expresionismo
alemán que tanto influyó en los primeros años del cine mudo.
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